Es el cálculo para los agricultores que produzcan en campos arrendados y no puedan cosechar el cereal por la sequía. El territorio mediterráneo es el más afectado, ya que habría una merma del 63% en el rendimiento del cultivo.
La sequía y las heladas siguen impactando sobre la producción de trigo. En la zona núcleo, la de mayor potencial productivo del país, habrá pérdidas de entre US$300 y US$867 por hectárea, según informó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). En este contexto, la provincia de Córdoba es la más afectada, donde el cultivo atraviesa “un escenario de desastre”, ya que tendría una merma del 63% en su rendimiento.
“La 2022/23 será la peor campaña de los últimos doce años y por lejos. El registro de rendimiento más bajo era de 27 quintales por hectárea (en la 2012/13) y hoy ya se estima casi 10 quintales menos: 18. Lamentablemente, hay grandes posibilidades de que este rinde siga recortándose en el corto plazo. Con estos números, habrá perdidas muy importantes”, detalló la entidad santafesina, que redujo sus estimaciones de producción nacional de 16,5 a 15 millones de toneladas tras las últimas heladas.
De este modo, los cálculos muestran que las pérdidas en campo alquilado con productividades de 20 a 0 quintales por hectárea, o sea para lotes que no se cosecharán, se corresponden con pérdidas de US$300 a US$800 por hectárea, indicó la entidad rosarina. A su vez, precisó que donde el cereal se ha perdido en un 100%, la pérdida es de US$606 por hectárea en campo propio y de US$867 en los arrendados.
En tanto, las provincias de Córdoba y Santa Fe encabezan las mayores caídas de producción interanual. De hecho, en Córdoba se estima, como media provincial, un rinde de 21,6 quintales y una caída de producción del 63% interanual.
“Córdoba quedará muy lejos de acercarse a los 36 quintales por hectárea que obtuvo hace un año. Lo mismo pasa en Santa Fe, que obtendría un rinde de 26 versus los 39 del 2022″, ejemplificó el reporte.
En ese sentido, la BCR advirtió que el área santafesina recibirá “un durísimo golpe productivo”. Apenas generaría 2,6 millones de toneladas, cuando superó las 5 millones el año pasado. Es decir, ahora tendrá una caída del 48%.
La provincia de Buenos Aires también muestra “una gran caída”. En principio, produciría un 21% menos que hace un año.
El rinde provincial actual es de 31 quintales por hectárea, contra 37,3 de la cosecha anterior. “Pero puede sufrir un grave recorte si no se revierte la dramática situación de falta de agua de este momento y continúan las heladas”, advirtió la bolsa rosarina.
La producción nacional bajará casi un 35%
En menos de un mes, la BCR redujo en un 9% la estimación de producción nacional, que pasó de 16,5 a 15 millones de toneladas. De esta manera, habría una baja de 8 millones de toneladas respecto a la cosecha pasada.
“De esta manera, la caída interanual de producción triguera argentina se calcula en un 34,8%, considerando las 23 millones de toneladas que produjo el país en el anterior ciclo”, señaló.
Para eso, se tiene en cuenta un área pérdida de casi 400.000 hectáreas y un rinde promedio de 27,2 quintales, casi 8 menos que en el ciclo pasado y 4 menos que la media productiva nacional.
“Este es un escenario muy crítico y que puede empeorar con el transcurso de los días, como el caso de las provincias que integran zona núcleo, La Pampa, entre otras”, indicó.
El impacto de las últimas heladas
La entidad santafesina además señaló que las heladas sucedidas el pasado 9 de octubre son uno de los principales motivos del “fuertísimo recorte en rindes” en la región central.
“Cada día que pasa se van poniendo en mayor evidencia los síntomas de daño y los recortes se van actualizando con 30% a 60% de pérdida de rinde, que se suman a los efectos de la sostenida sequía. En esta franja (central) se está estimando un rinde de 15 a 20 quintales por hectárea, pero hay signos de mayores ajustes a corto plazo”, describió el informe.
También en esta área se muestra un aumento de “perdida alarmante”. Al respecto, señaló: “En menos de dos semanas se confirma que 400.000 hectáreas no serán cosechadas. Este guarismo, lamentablemente, seguirá en aumento”.
Las encuestas de las últimas 48 horas de técnicos y productores son impactantes. En Pergamino, un ingeniero explicó que “hay un 80% de los lotes perdidos y un 20% regular” que sigue en pie.
Estos daños deben ser confirmados y cuantificados. Pero esta situación se está ampliando a Córdoba, sur de Santa Fe, norte y centro de Buenos Aires.
En el territorio bonaerense además debe considerarse que el 14 de este mes hubo otra helada “muy dañina”, con registros de casi 4 grados bajo cero en Tandil. En Alberti comentaron que hubo registros de 3 grados bajo cero. Si bien no agarró a los trigos espigados, dañó “gravemente el área foliar, perdiendo la hoja bandera y la siguiente”.
“Tras el evento, estiman rindes de 10 quintales por hectárea, cuando suelen superarse los 60. Incluso, en Entre Ríos, los técnicos del SIBER (Bolsa de Comercio de esa provincia) comentan que, al evaluar los departamentos con los satélites, detectan menor área sembrada y severos daños por la falta de agua y la helada del 9 de octubre, por lo que, probablemente, los rindes provinciales sean inferiores a los 25 quintales”, describió la entidad.
Las reservas de agua en los niveles más bajos de los últimos 30 años
La otra imagen que completa y actualiza la grave situación que atraviesa el trigo argentino lo muestra la imagen de la anomalía de agua en el suelo al 19 de octubre: el 63% de la provincia de Buenos Aires está en el nivel más bajo de reserva de agua respecto a los últimos 30 años.
Si bien en esa estimación se está siendo optimista con los rindes en zonas bonaerenses que aún disponen de tiempo y se espera que sean alcanzadas por lluvias que en este momento se desarrollan en la zona central, los análisis de los técnicos “no son alentadores”.
En las zonas de Tandil, Azul, Balcarce y Benito Juárez los ingenieros ya estiman daños de 15% al 20% en rindes de trigo por el efecto de las heladas del 28 de setiembre y el 14 de octubre, y el ambiente de estrés hídrico en el que se desarrollan.
Se atrasa la siembra de maíz y la soja se consolida en los 17 millones de hectáreas
En lo que respecta al maíz, la BCR indicó que el avance de las labores de implantación no llega a cubrir un millón de hectáreas. “Al momento, hay sembradas 960.000. Se trata de un 12% versus el 27% sembrado hace un año. La intención sigue manteniéndose en 8 millones de hectáreas. Pero, ante la falta de agua y el atraso de las siembras, que en principio pasarían a hacerse como fechas tardías, podría haber un nuevo pase de hectáreas a soja”.
Para este nuevo ciclo, se estima una intención de siembra de un 7% menos que en ciclo pasado. “La sostenida falta de agua durante los últimos 37 meses sobre la región pampeana y los efectos de una tercera Niña consecutiva, que ya se sienten en el inicio de esta primavera, pone en riesgo la consecución de la actual intención de siembra”, advirtió la BCR.
En este escenario, la soja “podría seguir sumando hectáreas, pero no hay cambios en la estimación de octubre que consolida un escenario de siembra de 17 millones de hectáreas”.
De esta manera, el aumento interanual sería de 900.000 hectáreas, es decir un 5,6% más que en el ciclo pasado. De esta manera, se estaría ante una producción de aproximadamente 48 millones de toneladas de soja, teniendo en cuenta unas 400.000 hectáreas como promedio de superficie “pérdida o no cosechada”.
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