El Pulpo González había puesto en ventaja al Xeneize, pero el árbitro anuló la conquista del volante a instancias de la revisión del VAR. El elenco de Russo tuvo las más claras.
El Xeneize salió a La Bombonera con el espíritu renovado en el primer duelo de los octavos de final contra el Atlético Mineiro. En los primeros movimientos el conjunto brasileño intentó adueñarse de la posesión de la pelota, pero la constante presión de Briasco, Pavón y Villa atentó contra la salida limpia de la visita.
Alguna desinteligencia entre Izquierdoz y Rossi pudo complicar a la última línea del equipo de Russo, mientras que el laboratorio ensayado en la semana generó peligro en el área visitante gracias a la velocidad de Pavón.
Como el pleito se disputó lejos de los arcos, el dueño de casa apostó por disparos de larga distancia a cargo de Marcos Rojo y Cristian Medina, pero ninguno representó inconvenientes para Éverson.
La paridad se terminó cuando el Pulpo González aprovechó una serie de errores defensivos y puso a Boca arriba en el marcador. Los pésimos cierres de Nathan y Réver, junto con la apresurada salida del arquero, le permitieron al ex volante de Racing y Lanús festejar el 1 a 0. Sin embargo, la intervención del VAR anuló la conquista por una supuesta infracción de Briasco contra uno de los centrales. Una polémica que calentó el choque por la inoperancia de los asistentes que siguieron el encuentro a través de las pantallas.
Antes del descanso Boca volvió a generar una ocasión para llegar a la red a través de un centro de Pavón que conectó el Pulpo González con una palomita perfecta. El destino de la pelota al lado del poste despertó emociones, pero Éverson reaccionó con jerarquía y ahogó el grito del Xeneize.
En el complemento el elenco de Russo salió con una actitud mucho más agresiva. El velocista colombiano logró desarticular a la última línea brasileña y buscó al ex Huracán, quien cabeceó incómodo y dilapidó el envío por encima del travesaño.
La fórmula xeneize estaba en los centros de Pavón. El extremo con pasado en la MLS fue la herramienta más punzante para preocupar a la defensa del Atlético Mineiro. Y cuando el cronómetro marcaba la media hora de la segunda etapa se asoció con el Pulpo González, pero el volante resolvió con deficiencia. El lamento de Russo fue un gesto generalizado por la clara situación que dilapidó el mediocampista en su última intervención, dado que el entrenador lo reemplazó por Alan Varela.
Con una estructura sólida en defensa, el sacrificio en Briasco, la velocidad de Pavón y las proyecciones de Weigandt, Boca fue superior a su rival pero no logró plasmarlo en el resultado. Los de Miguel Ángel Russo deberá buscar la clasificación a los cuartos de final el próximo martes 20 de julio en el estadio Raimundo Sampaio de Mina Gerais. Por lo demostrado en el Alberto J Armando, el conjunto argentino tiene argumentos para luchar por los boletos hacia la próxima instancia. El combinado de la rivera deberá apelar a su mística para volver a ganar en Brasil.
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