Si bien dominó todo el partido, Boca apenas igualó con Corinthians 0-0 y luego perdió por penales 6-5. Noche negra de Darío Benedetto.
Fue una noche negra la de Boca. La Bombonera estaba a pleno para vivir una fiesta ante un Corinthians diezmado, pero el equipo de Sebastián Battaglia no supo cómo quebrarlo pese a dominar el balón durante la mayor parte del partido. Y tras igualar 0-0 en los 90 minutos reglamentarios, cayó en la definición por penales 6-5 y quedó al margen de la Copa Libertadores, la gran obsesión de la hinchada xeneize.
Fue también una noche negra la de Darío Benedetto, quien erró un penal durante el partido y también falló el último de la primera serie de penales con el que Boca hubiera avanzado de ronda, ya que hasta ese instante Agustín Rossi había detenido dos envíos. Pero el Pipa estaba negado para el arco y después la balanza terminó inclinándose para el otro lado.
Y así murieron las ilusiones de la mitad más uno, que vio como el equipo orientado por Sebastián Battaglia quedaba al margen de la carrera por sumar la séptima Copa y ahora tendrá que remar de atrás en la Liga Profesional, donde perdió posiciones tras caer en sus dos últimos partidos en los que el técnico incluyó un equipo alternativo para reservar a los mejores para el certamen continental.
Boca fue dueño de la primera mitad. Frente a un rival con muchas bajas, que jugó bastante replegado y trató de hacer lento el juego, el equipo de Sebastián Battaglia manejó la pelota y casi no pasó sobresaltos en defensa, con Alan Varela quitando en el medio y Óscar Romero intentando convertirse en la manija del equipo.
Sobre los 7 Sebastián Villa tuvo una chance clara pero su remate fue rechazado por el arquero visitante al córner. Cinco minutos más tarde fue Frank Fabra el que probó por el mismo sector, pero su disparo se fue por arriba del travesaño.
Y sobre los 20, una muy buena acción de Exequiel Zeballos por derecha derivó en un centro que encontró completamente solo a Darío Benedetto, apenas afuera del área chica, pero el delantero le dio muy mal y la pelota se fue completamente desviada. Era el inicio de una noche que será difícil de olvidar para delantero.
La más clara la tuvo también Benedetto sobre la media hora cuando dispuso de un penal -codazo de Raúl Gustavo a Pol Fernández dentro del área-, pero el Pipa estrelló su derechazo en un palo (Cassio había ido hacia el otro costado) y la chance de Boca de ponerse en ventaja se desvaneció.
Boca mantuvo el control durante toda la parte complementaria. Prácticamente el trámite fue un monólogo azul y oro, pero de tres cuartos de cancha en adelante el local no supo resolver. Fue previsible, atacando casi todo el tiempo por izquierda sin aprovechar a un jugador desequilibrante como Zeballos.
Por lo general las jugadas terminaron en centros aéreos. Y como Boca no tiene grandes cabeceadores, esos ataques se terminaron desvaneciendo entre los centrales visitantes.
Eso sí, Benedetto volvió a tener una posibilidad clara tras una asistencia de Villa, pero le picó la pelota a Cassio y la depositó en el techo del arco. El árbitro cobró offside, pero el delantero estaba habilitado y si hubiera anotado el VAR habría convalidado la conquista.
Entre uno que no quiso y el otro que no pudo, el partido fue muriendo sin goles y hubo que recurrir a la definición desde el punto del penal. Y en esa instancia Agustín Rossi cumplió como siempre, rechazando dos penales, pero fallaron Villa, Benedetto (la mandó a las nubes) y Juan Ramírez, aniquilando los sueños Xeneizes.
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