Con un gol de Sebastián Villa a menos de 15 minutos del final, Boca Juniors venció a Ferro 1-0 en La Rioja y, aunque no lució, avanza en la Copa Argentina.
Una vez más Boca hizo los méritos justos y necesarios para llevarse una victoria. No lució, de hecho, dejó bastante que desear ante un equipo de una categoría inferior, pero ganó y sigue en carrera en la Copa Argentina. Ferro le costó más de lo esperado, pero al final no resistió y el Xeneize, con un gol de Sebastián Villa, se impuso por 1-0 y avanzó a octavos de final.
El gol del colombiano llegó a los 33 minutos de la parte complementaria, cuando Boca era amo y señor del desarrollo, aunque sin la profundidad necesaria para doblegar a un adversario que cada vez se replegó más. Ese tanto alcanzó para celebrar un nuevo éxito, aunque esta vez el funcionamiento del equipo no dejó mayor margen para el elogio.
Sebastián Villa, además de marcar el gol de la victoria, terminó siendo la figura de un equipo que no contó con Marcos Rojo ni Darío Benedetto, ambos castigados por no presentarse a un entrenamiento, ni Eduardo Salvio, quien se sintió en el calentamiento previo y fue relegado al banco de suplentes por precaución.
Durante los 45 minutos iniciales Boca volvió a ser ese equipo que solo apuesta a la velocidad de Villa. Casi todas las acciones de riesgo, que no fueron muchas, nacieron por el flanco izquierdo. El resto fue inoperante.
El Changuito Zeballos no desniveló como el pasado domingo ante Arsenal, Pol Fernández y Ramírez no fueron los conductores que el equipo necesitaba y por eso lo mejor del elenco de Battaglia pasó por lo que pudo hacer el delantero colombiano, a veces en sociedad con Frank Fabra.
Tuvo el balón el Xeneize, pero de poco le sirvió. Apenas un disparo de Pol Fernández muy débil, un tiro libre de Villa que también murió en las manos del arquero y varios centros que insinuaron más peligro que el que llevaron fueron las únicas aproximaciones del gran favorito a quedarse con la victoria.
Del otro lado, Ferro tuvo menos la pelota, pero generó mucho más riesgo. El primer aviso lo dio Lautaro Giaccone con un disparo desde el flanco izquierdo que tapó muy bien Rossi. Y el mismo delantero fue el protagonista de la otra acción clara cuando recibió un centro pasado que superó a Rossi y su disparo dio en el travesaño.
Con poco, Oeste estuvo más cerca de lograr la apertura del marcador, que un Boca sin ideas, que sintió mucho la ausencia de Óscar Romero en el medio y también la de Aarón Molinas, su reemplazante natural, otra vez relegado por el entrenador para hacerlo ingresar cuando las papas quemaban y quedaba poco tiempo.
El inicio de la parte complementaria marcó un mayor dominio de Boca, mientras el conjunto de Caballito se replegaba y apostaba a salir de contragolpe. Los verdolagas empezaron a sentir el esfuerzo físico y comenzaron a aparecer espacios. Pero Boca no los supo aprovechar al máximo. Llegó más, eso sí, exigiendo en algunas ocasiones a Marcelo Miño, como lo hizo Zeballos con un potente remate que el arquero sacó al córner.
Pasados los 20 lo tuvo Villa, que tomó una pelota en la puerta del área y sacó un derechazo que se fue besando un palo. El dominio de Boca era abrumador ante un Ferro resignado a defender. Pero el gol no llegaba.
Hasta que llegó, sobre el minuto 33, cuando Villa recibió de Pol Fernández, maniobró dentro del área y dejó sin chance al buen arquero de Ferro para sellar el 1-0 que llevó tranquilidad. Fue un desahogo para un equipo que no termina de asentarse. Por momentos juega bien, pero por otros, como en la tarde riojana, deja mucho que desear.
Pero fue triunfo al fin. El campeón de la última edición de la Copa Argentina sigue en carrera y a la brevedad conocerá su rival en octavos de final que surgirá del encuentro que jugarán en horas Racing y Agropecuario de Carlos Casares.
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