24 noviembre, 2024

Copa Libertadores: River va a ante Palmeiras a todo o nada.

Con el pesado 0-3 de la ida, River necesita de una remontada histórica para meterse en la final de la Copa Libertadores. Juegan desde las 21.30, con arbitraje de Esteban Ostojich y la televisación de ESPN.

El fútbol tiene estas cosas. Sus vientos suelen cambiar rumbos y modificar escenarios en un abrir y cerrar de ojos. En el caso de River, con pocos días de diferencia dos impactos lo conmovieron. Uno en el partido de ida contra Palmeiras, al que visitará hoy, desde las 21.30, necesitado de una goleada que lo lleve a la final de la Copa Libertadores, luego del 3 a 0 que los brasileños redondearon en Avellaneda el martes pasado.

Y otro el sábado, cuando cayó ante Independiente y quedó fuera de la definición de la Copa Diego Maradona, en un desenlace que favoreció nada menos que a Boca dentro del Grupo A de la Fase Campeonato. Pero aún golpeado y preocupado, el River de Marcelo Gallardo promete entregarse al máximo en San Pablo, para ver si puede reaccionar, concretar una hazaña y torcer el destino de la serie. El árbitro será el uruguayo Esteban Ostojich y se podrá seguir por la pantalla de ESPN.

El propio Gallardo ya dijo que River está obligado a buscar «una noche épica, de esas que se dan de vez en cuando, pero que existen». ¿Cómo? Las respuestas, que siempre surgen más fácilmente en el terreno de la teoría que en el de la práctica, hablan de imaginación, agresividad y eficacia en ofensiva, con cuidados del medio hacia atrás, porque un gol de Palmeiras podría apagar la lucecita de esperanza que todavía le abre paso a la ilusión millonaria.

El finalista de las últimas dos ediciones -campeón en 2018, subcampeón en 2019- reúne experiencia en desafíos importantes. Durante el transcurso del actual ciclo afrontó varios de ellos e incluso revirtió situaciones adversas. Y si bien se sabe que dispone de herramientas y de argumentos, la amplia desventaja parcial, más la jerarquía del adversario, esta vez plantean un panorama especialmente complicado.

Palmeiras, invicto en lo que va de la competencia, letal en ataque y confiable defensivamente (32 a favor y 4 en contra al cabo de 11 encuentros), aprovechó cada uno de los errores del rival en la semifinal de ida y se metió en el bolsillo más de media clasificación.