Talleres había levantado un 2-0 en los últimos diez minutos, pero a los 90 la metió Julián Fernández y Vélez festejó en Liniers. Lucas Janson fue la figura.
La competitividad que demostraron en el Amalfitani no daba para menos en una serie netamente argentina. Talleres y Vélez -pese a su flojo nivel local- estuvieron a la altura de la Libertadores, ofrecieron un partidazo y la ida de los cuartos de final terminó 3-2 a favor de los del Cacique Medina, que rescataron la victoria sobre el final.
Todo había comenzado cómodo para el Fortín. A los seis minutos, Lucas Janson, tras un centro de Leonardo Jara, puso arriba a los locales. Y en el segundo tiempo, a los 73, estiró el dueño de casa con la misma fórmula: envío del lateral derecho y cabezazo del delantero, que estuvo implacable.
Sin embargo, el trámite se empezó a complicar cuando solo faltaban diez minutos para que se baje el telón. Vélez, que tenía el triunfo en el bolsillo, se descuidó, y a los 81 el uruguayo Michael Santos la metió con un frentazo en el área chica para descontar.
Entonces agarró temperatura el Tallarín, que a los 87 cocinó el empate parcial con un zapatazo infernal del ingresado Rodrigo Garro, que la colocó en el ángulo desde afuera del área.
Hasta que en tiempo cumplido apareció Julián Fernández para tocar la pelota a la carrera en la puerta del rectángulo mayor y volver a poner a Vélez donde, por muy poco, merecía: 3-2 después del susto y triunfazo.
En líneas generales, el equipo de Medina jugó mejor, pero pagó un precio muy alto por haberse despistado en el epílogo. Y Talleres se terminó conformando con esa mínima diferencia para definir en casa el próximo miércoles.
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