Con goles de los juveniles Cristian Medina, Exequiel Zeballos y Luis Vázquez, Boca derrotó a Universidad de Chile 3-2 y se metió en la final del hexagonal.
Con una nueva función de los pibes surgidos de la reserva de Sebastián Battaglia, Boca se impuso en el Estadio UNO de Estudiantes de La Plata por 3-2 a la Universidad de Chile y se metió en la final del Hexagonal Internacional de Verano, que jugará ante Independiente, San Lorenzo o Talleres de Córdoba.
El conjunto xeneize estuvo dos veces en desventaja por los goles de Cristian Palacios y Ronnie Fernández, pero supo empatarlo gracias a Cristian Medina y Exequiel Zeballos, para luego dar vuelta el resultado en el segundo tiempo con un tanto de Luis Vázquez tras quedar con superioridad numérica. La mala noticia fue que Agustín Almendra salió con una lesión en su tobillo a la media hora del encuentro.
La pelota parada fue la llave que abrió las puertas del gol en la cancha del Pincha. El primero que pegó fue la «U”, a los 33 minutos, por intermedio de Palacios, después de un tiro libre pinchado que el delantero desvió con un toque sutil a pierna cambiada de Javier Garcia. La apertura llegó justo cuando la visita no había demostrado mayores intereses en atacar, sino todo lo contrario.
Es que fue el equipo de Sebastián Battaglia el que ofreció mayores variantes en ataque en el inicio del encuentro, mayormente por el costado izquierdo, con el desequilibrio de Exequiel Zeballos. Aunque el trámite se le complicó a Boca luego de sufrir el 1-0 en contra. Con la sumatoria de que unos minutos antes de que García la vaya a buscar a dentro, Agustín Almendra había salido lesionado y llorando desconsoladamente por un golpe.
Sin embargo, el Xeneize encontró el empate a través del reemplazante de Almendra: Cristian Medina. El juvenil enganchó perfecto un tiro de esquina que el «Changuito» ejecutó desde la izquierda y la clavó en el caño más lejano del golero Galíndez con un cabezazo de parietal derecho que precedió un anticipo a propios y extraños por el primer palo.
Pero otro balón detenido le costó a los de Battaglia una nueva ventaja de la U, porque en el primer minuto de descuento los conducidos por Santiago Escobar aprovecharon un córner desde la diestra y fue Ronnie Fernández quien metió un frentazo letal en el corazón del área chica para poner el 2-1.
Hasta que en el comienzo del complemento los boquenses quedaron en superioridad numérica y se les despejó el camino. Apenas tres minutos después del descanso, Camilo Moya fue expulsado por doble amonestación y a los 51 Zeballos volvió a lucirse para estampar la igualdad: Molina trasladó y soltó hacia la izquierda con el santiagueño, que con una bicicleta y un posterior zurdazo la metió por abajo del arquero.
Con el impulso anímico del gol y el hombre de más, al elenco xeneize se le hizo todo más sencillo. Controló la pelota, se posicionó en campo rival y desplegó una actitud de mayor fisonomía ofensiva. Así, a los 73 minutos, Boca lo dio vuelta de la mano de otro de los pibes, en este caso, su goleador, Luis Vázquez. El delantero recibió una gran habilitación filtrada de Aaron Molinas y la cambió de palo a un toque para el 3-2 final.
De esta manera, Boca construyó una buena victoria en La Plata, con remontada incluida y una notable actuación de sus jugadores surgidos de la cantera. La victoria sirve para llegar a una nueva final y sumar buen ánimo, aunque desde el fútbol el equipo necesita limar detalles de elaboración y defensivos.
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