En un partido atípico, que estuvo parado 20 minutos por la lluvia que caía, Independiente y Boca igualaron 2-2. Ambos quedaron en deuda.
Independiente y Boca se debatieron bajo la lluvia y finalmente empataron 2-2 en Avellaneda en uno de los partidos de la cuarta fecha de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol, un encuentro bastante pobre en el que ambos protagonistas mostraron que todavía deben mejor mucho si es que quieren pelear por el título.
Darío Benedetto marcó los dos goles del conjunto xeneize, el primero mediante un tiro desde el punto penal y ambos en una primera etapa de la que Boca se fue en ventaja por 2-1.
Gastón Togni, que marcó el empate parcial, y el ingresado Alan Soñora sumaron para Independiente que terminó siendo un poco más que Boca, sobre todo en la parte final del encuentro en la que jugó con un hombre más por la expulsión de Frank Fabra.
El punto le cayó mejor al equipo de Sebastián Battaglia, que mantuvo el invicto y con 8 unidades sigue en zona de clasificación a cuartos de final. Independiente hilvanó su tercer partido sin derrotas, pero con cinco unidades aún está afuera de los playoffs.
Boca encontró en dos ataques una ventaja que no merecía al cabo de los primeros 45 minutos. Es que el equipo xeneize hizo muy poco en ese segmento inicial, más allá que Battaglia insinuó un esquema ofensivo, con dos volantes de creación, como Pol Fernández y Juan Ramírez, y un enganche -Aarón Molinas- que sabe qué hacer con la pelota cada vez que la recibe.
Pero la salida del fondo del equipo xeneize fue muy lenta y las pocas veces que recibieron los mediocampistas lo hicieron con mucha presión encima y debieron volver para atrás. Por eso, la visita solo llegó tres veces en esos 45 minutos. Y marcó dos goles.
Independiente intentó ser más agresivo, pero no tuvo ideas. Al principio insistió en ir por el flanco derecho con Damián Batallini, pero la estrategia no resultó, Después lo hizo por izquierda con las escaladas de Lucas Rodríguez y le fue un poco mejor, pero hasta ahí nomás. Generó poco y todo a través de pelotas paradas.
Así dadas las cosas, durante el primer cuarto de hora no hubo aproximaciones a los arcos. Hasta que a los 16, Sebastián Villa le ganó la posición a Rodríguez dentro del área y éste, en un movimiento instintivo, lo tocó. Penal cambiado por gol por Darío Benedetto y primera ventaja inmerecida para el visitante.
Independiente se lanzó al ataque y por momentos se pasó de rosca. Juan Manuel Insaurralde se fue al vestuario con una tarjeta amarilla, pero mereció ver la roja. El partido se picó, pero el Rojo, con más ganas que orden, empezó a mandar.
Llovieron los córners desde los 25 a los 35 minutos e Independiente alcanzó la igualdad en uno de ellos: centro desde la izquierda que bajó Sergio Barreto, la pelota se desvió en la mano de Batallini y ante una estática defensa de Boca, Togni no tuvo más que empujar el balón a un metro del arco.
Pudo haber pasado a ganar el Rojo, con un cabezazo de Andrés Roa, tras un nuevo córner desde la izquierda, pero Agustín Rossi evitó la caída de su valla con una salvada excepcional.
Y terminó yéndose al vestuario en ventaja Boca, con un golazo de Benedetto, quien tomó un rebote en el área, tras un disparo de Juan Ramírez que se desvió en un rival, y la clavó cerca del ángulo para sellar el 2-1 parcial.
No varió demasiado la tónica en el complemento. Boca se olvidó de atacar y quiso hacer todo lento a pesar de tener un velocista como Villa para jugar de contragolpe. E Independiente, sin ideas, siguió lanzando centros al área como única alternativa de ataque.
Sobre los 24 se fue expulsado Frank Fabra, por una infracción dudosa por la que vio, injustamente, la segunda amarilla en otro error de un árbitro que no tuvo todas las luces en la lluviosa noche de Avellaneda.
Y a los 29 se largó un diluvio impresionante que enredó todo el juego. Y de esa circunstancia sacó provecho el local, que, con un hombre de más, movió la pelota (cuando aún corría) de derecha a izquierda, Lucas Rodríguez sacó un nuevo centro, esta vez por abajo, y Alan Soñora decretó el empate entrando por el otro sector sin marca.
Para cerrar una noche negra, Facundo Tello paró el partido faltando dos minutos para que finalice el tiempo reglamentario, cuando debió haberlo hecho bastante tiempo antes. Pasaron 20 minutos y el partido se reanudó, pero era muy complicado jugar y los dos debieron conformarse con un punto.
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