24 noviembre, 2024

Newell’s goleó a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro y rompió una mala racha

La Lepra se llevó un triunfazo del Bajo Flores y dejó preocupación para el Ciclón por su presente. Cristian Ferreira fue la figura con un doblete.

A San Lorenzo no le están funcionando las cosas. No puede encontrar el camino desde hace varios partidos. Escaso de puntos y de ideas, ahora recibió una durísima goleada en casa frente Newell’s Old Boys que venía golpeado por perder en clásico rosarino y de tres derrotas consecutivas. Pero ello no se notó dentro del campo de juego. Aprovechó el momento y se llevó tres puntos de oro del Nuevo Gasómetro que quedó ardiendo por la situación.

Una goleada inesperada

En la primera parte ninguno de los dos fue dueño del juego. El partido entró en una meseta, no pasaba nada. Pero en una jugada esporádica iba a llegar el gol de la visita que rompió el trámite. Una pelota frontal que alzó Juan Sforza al área del Ciclón, cayó en la cabeza de Angelo Martino que peinó el balón y la mandó al pecho de Cristian Ferreira quien la bajó y definió sobre el palo izquierdo de Augusto Batalla.

Minutos más tarde iba a llegar una curiosidad. Tras la lesión de Ignacio Schor, que tuvo que salir del campo de juego por un esguince de tobillo, Rubén Insúa se enojó porque su equipo tuvo que tirar el balón afuera y no lo hizo el rival. Y se armó una trifulca con Gabriel Heinze que intentaba explicarle. Se metió Mariano Toedtli para separar, pero siguieron los empujones entre ambos. Lanolina advirtió la situación y expulsó a los dos.

San Lorenzo se desesperó, fue nerviosismo puro de ahí en más. Cualquier roce era motivo para una pelea. El ambiente se había picado. La temperatura estaba elevada.

Ya para la segunda mitad el encuentro estaba partido. Los locales intentaban ir a la carga y La Lepra se alistaba para la contra. Y por esa vía llegó el segundo. Un pelotazo largo para la velocidad de Ramiro Sordo derivó en una genialidad de Jorge Recalde, quien abrió las piernas asistiendo sin tocar el balón para que nuevamente Ferreira marque el segundo con una gran pegada desde la medialuna del área.

Ni los cambios le habían dado resultado al conjunto de Boedo. Parecía que lo único que necesitaba era que llegue el pitazo final. Pero hubo tiempo para más, tras un error en el fondo: Malcolm Braida cabeceó para atrás y regaló el balón. Apareció Recalde, asistió de taco a Sordo y éste definió por debajo de Batalla para pasar a golear 3 a 0 y cerrar el partido.

Para peor, un minuto después Gonzalo Luján iba a ser expulsado por doble amarilla. Los cantos ya cambiaron. Pasaron de aliento a enojo. De pasión a bronca. Y no para los jugadores, sino para los dirigentes. Nuevamente las cosas quedaron caldeadas en el Gasómetro. Un partido que sin duda dejará huellas para el futuro.