Tras golear al Cadiz 3-0 y gracias a la derrota de Barcelona en Girona, el conjunto merengue sumó su trigésimo sexta Liga de España.
El Real Madrid conquistó este sábado su trigésimo sexta Liga de España con un triunfo cómodo ante el Cádiz por 3-0, gracias a los goles en la segunda parte de Brahim Díaz, Jude Bellingham y Joselu Mato, que, sumado al posterior tropiezo del Barcelona en Girona (4-2), lo proclamaron campeón con cuatro jornadas por disputar, en un impulso anímico antes de encarar el clásico europeo ante el Bayern Múnich en las semifinales de la Champions League.
Carlo Ancelotti dejó claro el plan desde el principio. Rotaciones masivas, con solo Nacho Fernández repitiendo en el once respecto al que empató 2-2 en Alemania el pasado martes. La mente estaba puesta en la vuelta de las semifinales del miércoles.
El título doméstico era un mero trámite y el Madrid aceleró los tiempos con un triunfo claro en el resultado, aunque no tanto en el desarrollo. A tal punto que la primera parte se consumió sin ritmo y con solo una ocasión de peligro, que fue para el Cádiz.
Los visitantes, deseosos de sumar para estar más cerca de salir de los puestos de descenso, un objetivo que antes de comenzar el partido en el Santiago Bernabéu tenían a cinco puntos de distancia, optaron por un partido defensivo y amenazar al espacio.
Con ese plan, en el minuto 32, Rubén Sobrino le ganó el cuerpo a cuerpo a un Éder Militao aún falto de ritmo y tuvo un mano a mano con Thibaut Courtois, quien volvió al terreno de juego 268 días y dos lesiones de rodilla después, pero Nacho Fernández, corrigiendo rápido y tirándose al suelo, desbarató la ocasión.
Tras el descanso, se repitieron los protagonistas. Militao, blando en el control y en el pase, concedió un mano a mano en el minuto 50 a Chris Ramos que no pudo con Courtois, demostrando que ha vuelto en plena forma.
Y solo un minuto después, Brahim, en otra acción individual y disparando con la pierna derecha, anotó el 1-0. Un guión de partido que, eso sí, recordó a pasadas temporadas cuando Courtois hacía una salvada de valor y poco después el Real Madrid no perdonaba.
Un gol que no hizo que el Cádiz cambiara su plan, pero sí propició que el Real Madrid dominara el partido a su antojo con el balón en los pies y permitió que Ancelotti aprovechase el encuentro para dar confianza a un jugador falto de ella a pesar de sus buenos números esta temporada.
Jude Bellingham, al que Carletto defendió en rueda de prensa por su bajo nivel en Múnich achacándolo a un virus intestinal, saltó al terreno de juego en el minuto 65 y solo tardó tres en marcar.
Recibió una asistencia de Brahim, volviendo a aportar en un gol, y, llegando desde atrás al área, característica que había perdido en los últimos encuentros al jugar más adelantado, marcó el 2-0. Su 22º tanto esta temporada y el 18º en La Liga, luchando por ser el máximo goleador de la competición.
Un tanto que, a pesar de estar decantado el partido, siguió persiguiendo Joselu Mato hasta el final. Y lo consiguió. Antes del tiempo añadido estrelló un remate en el palo y tuvo que ser ya en el minuto 94 cuando celebró su 14º gol del certamen, rematando con el arco vacío al segundo palo tras una asistencia de Nacho Fernández.
Una celebración contenida con la afición, con la mente en un partido que marcará la nota final de la temporada, la vuelta de semifinales de Champions ante el Bayern Múnich, cuya cercanía rebajó la euforia.
Un resultado que, en la otra cara de la moneda, deja al Cádiz teniendo que recuperar, al menos, cinco puntos con 12 en juego para evitar el descenso y mirando los resultados de Celta de Vigo y Mallorca en sus respectivos partidos para hacer cuentas.
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