Con un gol de Lucas Beltrán en el cierre del primer tiempo, River le ganó a Gimnasia 1-0 en Núñez. Mejoró el equipo de Gallardo. Debutaron Borja y Solari.
A River le quedó corto el 1-0. Pudo haber ganado por uno o dos goles más. Pero lo más valioso de la noche en el Monumental fue que dejó la impresión de un equipo rehabilitado, ya con las tuercas aceitadas después de los imperfectos que lo hicieron hacerse a un costado de la ruta gran parte del viaje.
Con un Rodrigo Aliendro superlativo, con gran productividad de los laterales, un Lucas Beltrán efectivo adentro del área y los debuts de Pablo Solari y Miguel Borja, el conjunto de Marcelo Gallardo conquistó los tres puntos en su casa ante Gimnasia, que apenas hizo pie por momentos.
El Millo empezó sin ser punzante en el primer cuarto y llegó por primera vez a los 17 minutos con un cabezazo de Beltrán por el segundo palo que se fue desviado. Desde allí, se animó a creer, a tocar, a triangular, a hacer lo que en algún momento supo hacer. Y así, puso en apuros varias veces a Rodrigo Rey y encaminó el único gol del partido.
A los 42, cuando parecía que el Lobo se adelantaba y los mediocampistas de River quedaban anulados, se activaron las producciones. Conectaron Aliendro, De La Cruz y Simón, quien levantó el centro de primera que despejó corto Morales y aprovechó Beltrán. Astuto, rápido, letal, el pibe que volvió de Colón metió un latigazo pegadito al caño: 1-0.
En el segundo tiempo River hizo todo lo posible para inclinar la cancha hacia el arco de Gimnasia. Jugó en tres cuartos con los laterales Casco y Gómez plantados en ataques y con Aliendro llevando los hilos. Y a los 15 minutos, vio pasar de frente el 2-0 con un tiro a quemarropa de Palavecino que sacó con el pecho el guardameta de la visita.
Borja fue opción, pero no tuvo tiempo de plasmar lo que trajo desde Colombia. Apenas le alcanzó para demostrar que está dispuesto a luchar (le fue fuerte abajo a Alemán), a ser opción entre los centrales y aguantar cada pelota que le llegue (hizo un buen giro que no prosperó en el pase siguiente).
La imagen de River esta vez fue positiva. Lo demostró el buen segundo tiempo y lo ratificó el semblante con el que se retiró del campo. Lo necesitaba el elenco de Núñez, que recuperó algunos pasajes de buen fútbol y pide permiso por la mitad de la tabla.
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