Pese a jugar con varios suplentes y un arquero improvisado, River se impuso por 2-1 a Independiente Santa Fe y quedó muy cerca de la clasificación a octavos.
River minimizó las adversidades, afrontó el desafío con los once jugadores que tenía disponibles, entre ellos un arquero improvisado y lesionado, y consiguió un histórico triunfo ante Independiente Santa Fe por 2-1 en el Estadio Monumental
Sin suplentes y con Enzo Pérez debajo de los tres palos debido al brote de coronavirus que azotó al plantel, el equipo de Marcelo Gallardo escribió una nueva página de gloria y desplazó a Fluminense del primer puesto del Grupo D de la Copa Libertadores y está a un paso de la clasificación a octavos de final.
La victoria le permitió al conjunto de Marcelo Gallardo sumar nueve puntos y superar al elenco brasileño por uno, tomando una distancia de tres unidades respecto de Junior, por lo cual un empate en el último juego ante los escoltas le daría el pasaje a los de Núñez a la siguiente instancia del certamen.
Al equipo argentino le facilitó el trámite su enérgico arranque, ya que en tan solo cinco minutos el tablero marcaba una ventaja favorable de dos tantos, producto de los goles de Fabrizio Angileri, primero, y Julián Álvarez después. Sin embargo, terminó sufriendo en la agonía del partido, porque a los 72 Osorio estampó el descuento para los colombianos.
Será una jornada inolvidable para Enzo Nicolás Pérez, el arquero que River debió improvisar a último momento por los contagios de Franco Armani, Germán Lux, Enrique Bologna y Franco Petroli. El mediocampista tuvo una correcta actuación debajo de los tres palos con aisladas intervenciones, como la que protagonizó a los 26 minutos, cuando se tiró hacia su izquierda para desviar un remate que Palacios ejecutó desde larga distancia.
Ya desde el vestuario el Millonario dio su primer aviso, porque a los sesenta segundos Agustín Fontana quedó mano a mano con el arquero, pero desde buena posición desperdició la ocasión con un disparo que rozó el ángulo. En la siguiente jugada el delantero volvió a fallar, pero esta vez el rebote del arquero le quedó servido a Angileri, que desde la medialuna del área dio el pase definitivo a la red.
En la siguiente ocasión, el encargado de ampliar la brecha fue el cordobés Julián Álvarez, que dentro de la zona de peligro bajó la pelota con su pie derecho y de sobre pique sacó un zurdazo que dejó perplejo al arquero de la visita.
Ya en el complemento, el local pagó caro una desatención sobre el carril izquierdo, donde Arias envió un pase hacia atrás que empujó Osorio. Pero sin sufrir mayores sobresaltos, enfocado en mantener la concentración para que Santa Fe no lo lastime cerca del radar de Enzo Pérez, River manejó los tiempos del partido y resistió físicamente el encuentro.
Con abrazos por doquier, puños apretados y sonrisas incontables, el Millonario selló un histórico triunfo en un contexto en el que tenía todas las de perder pero que supo afrontar para quedar a tan solo un paso de los octavos de final de la competición internacional, el único objetivo que le queda al equipo en el semestre.
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