Jugando con uno menos por la pronta expulsión de Peña, River se impuso en Córdoba 2-0 con goles de Rojas y Braian Romero. Sacó siete puntos de diferencia.
River enfrentó adversidades desde el inicio y terminó disfrutando una noche mágica. No solo sacó siete puntos de ventaja respecto de su máximo perseguidor, sino que ganó un partido que puede significar el campeonato. Jugó en inferioridad numérica desde los primeros minutos, pero esa condición no lo limitó y dio un gran paso al título al vencer a Talleres por 2-0 con goles de Robert Rojas y Braian Romero.
En medio de un clima hostil, con las revoluciones a mil por hora y con el local dispuesto a hacerle daño y empecinado con salir a implantar su juego para arrimarse a la punta del campeonato, el Millonario se mostró mejor desde el comienzo y dio buenos indicios. La pronta expulsión de Felipe Peña Biafore parecía complicarle los planes. Sin embargo, no abandonó su fisonomía y tuvo su premio al esfuerzo en el cierre de la primera etapa.
Lo más relevante del inicio, después de que casi Julián Álvarez meta un gol olímpico en apenas dos minutos, fue la tarjeta roja que recibió el juvenil del Millonario a los 7. Producto de la tensión, la lucha en el medio, la fricción y una pizca de inexperiencia, Peña le fue con los dos pies hacia adelante a Méndez en una pelota dividida y el árbitro le sacó la roja sin dudar.
Pese a quedarse con uno menos, Marcelo Gallardo siguió apostando a los mismos que estaban en cancha, atrasó a la zaga a Enzo Pérez y confió en la determinación de sus jugadores. A partir de la superioridad numérica, Talleres encontró algunos espacios. Corría el cuarto de hora cuando Michael Santos erró un mano a mano entrando a toda velocidad por el costado derecho del área que terminó sin ángulo ni precisión. Después, el que se lo perdió fue Álvarez debajo del arco ante un Guido Herrera que se vistió de héroe con una salvada a puro reflejo.
Pero fue tanta la confianza de River que, lejos de retrasarse jugando con diez, siguió intentando y aprovechó una pelota parada para abrir el marcador con una viveza digna de un equipo destinado a ganar: Gallardo le indicó a Simón que se abra por derecha, jugaron corto el tiro libre para el juvenil y este metió rápidamente un centro rasante hacia el área chica que Robert Rojas, sorprendiendo a la defensa, empujó para el 1-0.
No cambió en nada River para el segundo tiempo. Solo el ingreso de Jonatan Maidana para fortalecer la defensa. Pero la idea siempre fue la misma: atacar. Y luego de un enganche de Palavecino que continuó en un disparo que pasó cerca y un puñado de ocasiones de Julián Álvarez, los de Núñez volvieron a sacar chapa en una contra letal.
Si bien el apellido del segundo gol lo llevará Braian Romero, fue Julián Álvarez el que se llevó un mérito enorme. El pibe que está viviendo un momento maravilloso, cambió el ritmo en la mitad de la cancha, despachó a un rival con un auto pase, pisó el área y soltó justo hacia su derecha para el ex delantero de Defensa y Justicia, que en dos tiempos la mandó a guardar.
Así dio un paso muy importante River en su sueño de volver a ser campeón del fútbol argentino después de siete años. Ganó un partido que marcará el rumbo de la recta final del torneo, en un contexto que desde el inicio se le oscureció. Pero tiene en el banco un entrenador que se supera fecha a fecha y un plantel comprometido con la causa, además de contar con Álvarez, el mejor del certamen.
Le será mucho más complicado el camino a Talleres, que se pinchó, quedó a siete puntos, y ahora deberá remarla desde muy atrás para poder alcanzar al poderoso River, que escribió su nombre con borrador en la chapa dorada.
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