Con un doblete de Álvarez en el primer tiempo y el descuento de Zambrano sobre el final, River ganó 2-1 en el Monumental. Rojo fue expulsado a los 15 minutos.
Con una escenografía inmejorable, un Julián Álvarez estelar y la postal de un festejo Monumental, el reencuentro entre los hinchas y el River de Marcelo Gallardo tras un año y medio fue perfecto. El juvenil del Millonario anotó por duplicado y fue la figura del Superclásico ante la presencia de más de 36 mil espectadores, mientras que Boca se limitó por la temprana expulsión de Marcos Rojo y logró descontar en tiempo de descuento a través de Carlos Zambrano.
Sin dudas la presencia de los fanáticos riverplatenses influyó en la presión de los futbolistas y alteró las revoluciones dentro del campo. Los primeros indicios de un duelo friccionado se dieron a los cinco minutos, cuando Enzo Pérez le cometió una dura falta a Agustín Almendra que le costó la amarilla y el enojo de los Xeneizes.
Minutos después, Julián Álvarez fue derribado cerca de la línea lateral y Diego Gozález tiró lejos la pelota, lo cual generó la furia de los jugadores del Muñeco Gallardo, que inmediatamente reaccionaron a los empujones y las quejas al árbitro Fernando Rapallini.
Tal fue el intenso roce de los protagonistas en un clima caldeado, que a los 16 minutos del primer tiempo Marcos Rojo se fue expulsado por doble amonestación. el defensor de Boca cometió dos faltas consecutivas, una en la mitad de la cancha y otra en campo propio cuando salió a cortar, y Rappalini no dudó en mostrarle la Roja.
A partir de allí, River encontró más espacios. La primera emoción de un caliente partido llegó a los 25 minutos con un gol pura y exclusivamente de Julián Álvarez. El Araña trasladó por el carril central, llegó hasta la puerta del área, se deshizo de la marca de Campuzano con un enganche y sacó un disparo elevado con su botín derecho que dejó en ridículo a Agustín Rossi.
El segundo grito que hizo delirar al Monumental llegó en el cierre de la primera etapa. El Millonario ejerció su intensidad en la salida de Boca, recuperó el cuero y rápidamente trianguló para dar el golpe. Carrascal abrió hacia la derecha con Simón, el juvenil tocó rasante al medio y Álvarez la empujó con el borde interno.
Para el complemento, ya con un Boca groggy, el Millonario estuvo a punto de noquear a su eterno rival en varias oportunidades. Luego de un arranque equilibrado y sin dueño, el primero que rompió el hielo del tiempo complementario fue Jorge Carrascal. El colombiano quedó solo, mano a mano con Rossi, pero su intento por definir de emboquillada quedó corto y el golero visitante la atenazó sin problemas.
Después el palo le negó el festejo a Angileri, que había ensayado una media chilena en una buena posición y direccionó su remate al caño izquierdo. El equipo de Gallardo se aprovechó de un Boca desconcertado, sin rumbo y sin pelota. El toqueteo constante y la presión Millonaria minimizó por completo las tímidas intensiones de los de Battaglia.
Para decorar el resultado, Carlos Zambrano anotó el descuento al tercer minuto de adición, aunque de nada le sirvió al elenco auriazul. River se impuso en todas las líneas, bajo todos los aspectos y con una escenografía inmejorable. Así, se adueñó de la punta, al menos hasta que Talleres dispute su partido mañana en Florencio Varela, ante Defensa y Justicia.
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