En un partido emotivo, Sudáfrica derrotó a los All Blacks por 12-11 y obtuvo su cuarto título mundial de rugby. Es el más ganador de todos los tiempos.
Sudáfrica le ganó ajustadamente a Nueva Zelanda por 12 a 11 y se consagró campeón mundial de rugby por cuarta vez en su historia, en el partido decisivo del certamen disputado en Francia que se llevó a cabo este sábado en el Stade de France de París.
De esta manera, los Springboks se convirtieron en los máximos ganadores del rugby internacional, con cuatro títulos mundiales, ya que anteriormente se habían consagrado en 1995, 2007 y 2019. Por su parte, los All Blacks quedaron con tres campeonatos.
Los Springboks jugaron un partido sobrio y estuvieron arriba durante los 80 minutos, aunque no lograron hacer pesar la diferencia del hombre de más que tuvieron desde los 27 minutos de la primera etapa, cuando Sam Cane -capitán de Nueva Zelanda-, vio la tarjeta roja por un tackle peligroso.
El partido fue muy parejo y Sudáfrica sacó la ventaja con la que terminó asegurando el resultado por la gran puntería de su apertura Handré Pollard, quien acertó los cuatro penales que le terminaron dando el triunfo a los Springboks frente a un Nueva Zelanda que batalló mucho y que sobre el final mereció mejor suerte.
Un dato a tener en cuenta: Pollard le terminó dando el título a los Springboks, aunque inicialmente no había sido convocado para disputar esta Copa del Mundo: ingresó al plantel por la lesión del hooker Malcom Marx y con el correr de los partidos le terminó ganando el puesto a Manie Libbok, quien había arrancado como apertura titular.
Con respecto al trámite del encuentro, luego de esa primera etapa inicial para Sudáfrica en el complemento los All Blacks sacaron a relucir su amor propio y a emparejar el juego con un hombre de menos.
En ese contexto se vio a un equipo muy solidario en defensa en el que incluso el centro Jordie Barrett por momentos se colocó para jugar en el sector de los forwards como tercera línea haciendo las veces del expulsado Sam Cane.
Los neocelandeses lograron jugar en campo contrario y estuvieron cerca del ingoal rival, incluso hilvanaron una muy buena jugada que había terminado try del medio scrum Aaron Smith, que luego fue invalidada a instancias del TMO por un knock-on previo.
Pese a esa frustración los All Blacks siguieron buscando, achicaron diferencias con un try de Beauden Barrett y contaron con un penal de mitad de cancha para ganar el partido que se le fue por poco a Jordie Barrett.
Ya en los minutos finales los neocelandeses siguieron acechando hasta que en tiempo cumplido los Springboks ganaron un scrum y tras el maul posterior el árbitro dio un scrum y decretó el final.
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