Hay un aumento del 71% para el precio mayorista y las empresas quieren «bajarlo» a las góndolas. Algunas compañías dejaron de entregar a los supermercados
Todo empezó a comienzos de esta semana: el Gobierno, a través del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), autorizó un aumento inmediato del 52,9% en el precio que reciben los productores de yerba mate. Pero no fue el único incremento que habilitó: habrá alzas sucesivas en mayo, del 4,7%, y en junio, del 7,1% adicional.
En total, de acá a 60 días, el precio de la yerba a nivel mayorista se ajustará un 71,5%.
Ese incremento, ahora, amenaza con bajar directamente a las góndolas. Así lo requieren las principales empresas industriales. Fue lo que le reclamaron al Gobierno, que por ahora puso la situación en un freezer.
Ante esta situación, las compañías productoras suspendieron las entregas de paquetes de yerba a los mayoristas, distribuidores y cadenas de supermercados. Antes de continuar con el negocio, prefieren llegar a un acuerdo con el Gobierno sobre los aumentos que terminará habilitando. Suena lógico.
El problema es que los consumidores deberían pagar el paquete de yerba con fuertes aumentos en las próximas semanas.
Un paquete de yerba cuesta de un kilo cuesta entre $800 y $1.000. Algunas marcas «Premium» venden por encima de este valor.
Días de definiciones
Las principales compañías del sector ya decidieron dejar en suspenso las entregas a los comercios y le pidieron una reunión urgente a Matías Tombolini, secretario de Comercio. El encuentro se pautará para la próxima semana, después de la Semana Santa.
El tironeo por el precio de la yerba se suma a la presión que ejercen las empresas alimenticias que participan de «Precios Justos» y que le están pidiendo al Gobierno aumentos más fuertes para los productos que están incluidos en ese programa.
De hecho, en los próximos días, se definirán dos negociaciones clave para la economía de este mes: las que el Gobierno entablará con petroleras y empresas alimenticias para definir los aumentos que regirán durante abril.
En ambos casos -combustibles y alimentos- se habían acordado incrementos de hasta 4% mensual. Pero la inflación superó por varios puntos ese nivel y ahora las compañías de ambos sectores reclaman renegociar la pauta para este mes y los que vienen.
En ambos casos, el Ministerio de Economía -a cargo de las negociaciones- pretende revalidar las mismas condiciones de los meses anteriores. A lo sumo, admiten las fuentes que, podría admitirse algunos aumentos superiores, pero sólo para algunos productos en donde las fabricantes de alimentos puedan fundamentar alzas superiores en sus costos.
La cuestión es clave para la inflación de este mes: Sergio Massa quiere demostrar que la inflación no se espiraliza, algo muy difícil de lograr con los escasos dólares que quedan en el Banco Central.
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