Nuestro análisis de ciudades de América Latina y el Caribe muestra que el uso de big data urbana aún no se encuentra generalizado, a pesar de su potencial para mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios. Además, los riesgos importantes que conlleva la mala administración de iniciativas informáticas, que van desde su politización hasta la violación de la privacidad, aún no han sido comprendidos en su totalidad.
En este informe se presenta una nueva herramienta, el modelo de madurez de big data urbana, que impulsa a las ciudades a evaluar su adopción en torno a cinco áreas funcionales— los datos abiertos, el cultivo de ecosistemas de datos, la analítica, la toma de decisiones basada en datos y los servicios urbanos digitales.
También se han determinado medidas específicas que se pueden tomar para mejorar la gobernanza. Para finalizar, se presentan una serie de recomendaciones organizacionales y financieras que pueden ayudar a las municipalidades a institucionalizar las prácticas sobre big data utilizando mejores prácticas de datos abiertos y la coproducción participativa de servicios urbanos
Esta big data, o datos masivos urbanos, que compone el conjunto de información sobre bienes, recursos y actividades dentro de las ciudades, sobrepasa en volumen, variedad y velocidad a los registros estadísticos y administrativos tradicionales que los gobiernos municipales han utilizado por más de un siglo en
su búsqueda por comprender el presente y planificar para el futuro
Además, es mucho más amplia, al representar a poblaciones o sistemas enteros, y mucho más minuciosa, al describir eventos e individuos en detalle. Asimismo, tiene un carácter relacional, al contener metadata (data que describe la data en sí misma) que posibilita juntar varias fuentes de información que tratan sobre el mismo fenómeno
La big data urbana se puede describir como los “rastros de acciones humanas recogidos por dispositivos digitales”4 (la traducción es nuestra). Algunos ejemplos del uso actual de big data incluyen: imágenes satelitales cronológicas en alta resolución de áreas metropolitanas; registros de atención médica para toda la población de una ciudad; o registros de localización de teléfonos móviles dentro de un área urbana definida sobre un largo período de tiempo.
Los gobiernos municipales tienen identificadas varias oportunidades para incrementar la eficiencia y la calidad en la prestación de servicios, fomentar la transparencia y mejorar los pronósticos y la planificación de largo alcance
Las ciudades de Sao Paulo y Rio de Janeiro colaboraron con la aplicación Waze de Google para mejorar los pronósticos de tráfico mediante información obtenida en colaboración abierta y voluntaria de millones de conductores
Muchas organizaciones sobreestiman el poder del análisis de datos y lo utilizan para justificar decisiones que ya fueron tomadas en procesos políticos u organizacionales
Los ciudadanos son los productores principales de la información utilizada en los servicios públicos y, a través de plataformas digitales directas para el compromiso e intercambio pleno y abierto de información, también pueden tener una participación activa en la forma en la que las ciudades realizan sus funciones. Como resultado, las ciudades de la región pueden adoptar el concepto de la coproducción de servicios urbanos: una colaboración activa entre laciudadanía y los gobiernos municipales para planificar, diseñar, prestar y evaluar servicios urbanos e infraestructura.
Córdoba es la historia de dos sistemas de monitoreo. Los servicios de buses públicos en la segunda ciudad más grande de Argentina—ganadora del segundo lugar en los Premios Gobernarte 2015—funcionan bajo contrato con operadores privados. Uno de estos operadores comenzó a darle monitoreo a sus buses en 2007 y lanzó una aplicación (cuandollega.net) y una red de señales de llegada en tiempo real en algunas paradas claves. Para el 2012, los funcionarios de la ciudad comprendieron que no sólo era importante ampliar estos servicios a las líneas a las que prestaban servicio otros operadores privados, sino que también era necesario contar con una fuente universal e independiente de datos
de transporte público.
De este modo, bajo el proyecto Sistema de Monitoreo de flota del Sistema Público (SMSP), la ciudad ordenó la instalación de un GPS que se dedicaría exclusivamente a transmitir la ubicación de los buses de forma directa a una nueva plataforma de datos de la ciudad. Como resultado, hoy en día los buses operados por operarios privados cuentan con dos dispositivos para ese fin – el de la compañía y el de la ciudad.
Toma de decisiones basada en datos. La generación de una cultura de gobernanza que pueda utilizar la información para mejorar el proceso de toma de decisiones representa un desafío fundamental para alcanzar el desarrollo de big data urbana.
Al principio, la perspectiva analítica se ve limitada a los innovadores individuales y tiene poco impacto sobre las decisiones organizacionales. A medida que se desarrolla la organización, puede llegar a reconocerse y valorarse esta perspectiva analítica, pero sin superar las grandes barreras internas que le impiden aprovechar sus propios resultados.
En un nivel de desarrollo medio, los gobiernos urbanos adoptan tableros de rendimiento, los cuales ponen en funcionamiento una cultura básica de toma de decisiones basada en datos. El uso de datos para la toma de decisiones aún se encuentra limitado, pero ya existe una concientización del mismo.
En los niveles de desarrollo más altos, las personas encargadas de tomar decisiones se encuentran bien informadas gracias a la analítica y a los actos deliberados de la organización enfocados en maximizar los indicadores claves de rendimiento. La organización y sus operaciones se adaptan y mejoran continuamente mediante el uso de conocimientos analíticos alineados con objetivos políticos estratégicos
Ing Dascenzo Ernesto.
fuente: Bid.
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