Las empresas reciben una mínima parte de lo que vendían antes de la aprobación del nuevo sistema SIRA. Aseguran que el faltante comenzará a sentirse con fuerza en marzo.
El supercepo a las importaciones tiene nuevas “víctimas”. En esta ocasión, y desde hace meses, hubo un drenaje silencioso y lento del stock de computadoras, que casi en su totalidad son importadas al país. El resultado fue una caída de alrededor del 70% en unidades, según un informe privado, desde que se instaló el nuevo sistema SIRA en octubre 2022.
“Estoy recibiendo el 6% de lo que vendía”, reconoce, frustrado, un jugador del sector de computadoras y electrónica. TN se contactó con fuentes de la industria y con referentes de cadenas de electrodomésticos y todos coincidieron en que no hay computadoras suficientes para la demanda que hay. También reconocieron problemas con los repuestos y las impresoras y toners.
Aseguraron que las aprobaciones son “a cuentagotas”, como en la mayoría de las industrias. El problema es que, lejos de lo que sucede con televisores o incluso celulares, en la Argentina se estima que el 80% de las computadoras portátiles es importado.
De acuerdo con los datos de International Data Corporation (IDC), que realiza estudios a nivel global y local en la Argentina, en el país el ingreso de computadoras portátiles está en el nivel más bajo de los últimos nueve trimestres y pasó de poco más de 500.000 unidades en el primer trimestre de 2022 a alrededor de 150.000 en el último trimestre.
El dato tiene en cuenta las unidades que ingresan para uso hogareño o para empresas y organismos públicos. No considera las computadoras que se usan con fines educativos, ya que, según la consultora, hay proyectos financiados por organismos internacionales que no son plasmados en importaciones.
La caída de las unidades de importación en la Argentina también puede corresponder a una tendencia global, señala Sebastián Novoa, de IDC. “Observamos una caída en 2022 en unidades equipos versus 2021 de alrededor un 15,1% año contra año, pero el año 2020 y 2021 mostraron volúmenes muy significativos de 1,59 y 1,75 millones de unidades respectivamente por el efecto pandemia”, sostiene.
En ese momento, como muchas personas pasaron a modalidad home office, las oficinas y los hogares tuvieron que salir a comprar más unidades portátiles para que las actividades pudieran continuar.
¿Y qué sucede con lo que está o ingresa al país? “A modo preliminar podemos informar que los precios de los equipos no están sufriendo bajas como en el resto del mundo, ese efecto es por la limitante de reposición en general del canal distribuidor de no tener certeza del tipo de cambio con el cual podrían recomprar nuevos inventarios”, destaca Novoa.
El especialista indica que los problemas con la importación de computadoras portátiles comenzaron cuando las notebooks pasaron a integrar la lista de Licencias No Automáticas de importación, es decir, tuvieron que pasar por más controles para entrar al país, y el posterior ajuste de acceso a las divisas en junio de 2022.
Pero el desplome llegó tras la instauración del nuevo sistema SIRA en octubre de 2022, el que generó quejas de cámaras y empresas de la mayoría de los sectores, todo en un contexto de escasez de divisas y brecha cambiaria cercana al 100%.
Las computadoras portátiles son una parte importante de la tecnificación de un país, que a su vez contribuye a la productividad total de la economía. Sin esa herramienta, menos personas tienen acceso al mundo digital y a una herramienta poderosa de trabajo o de estudio.
Desde el sector le propusieron al Gobierno alternativas, como por ejemplo retrasar el giro de divisas para obtener, a cambio, mayores aprobaciones de permisos para importar en el sistema SIRA. La mayoría de esas aprobaciones tienen giros de divisas a 180 días, pero como las empresas tienen casa matriz en el exterior, podrían endeudarse intracompañía y así alargar esos plazos.
“A la fecha no contamos con stock suficiente en el portfolio de productos para abastecer las necesidades de nuestros consumidores/clientes, así como de los distintos canales de comercialización”, afirman desde una multinacional de tecnología.
Según la firma, todo el sector está enfrentando barreras para ingresar productos y repuestos que ya están comprometidos y que son esenciales para el funcionamiento de sectores productivos, salud y educación. “Si no se recupera la previsibilidad y articula una pronta resolución, el escenario podría tornarse aún más crítico”, suman.
El faltante ya es plausible, pero podría acentuarse en marzo de este año, estiman proyecciones privadas. Otra empresa de tecnología admitió que decidió, por el momento, no vender más, porque ya tiene comprometidas computadoras que aún no puede entregar.
Mientras tanto, envía comunicaciones semanales a sus clientes con actualizaciones de la situación de stock, porque se revisa sobre el momento y es casi imposible tener previsibilidad al respecto.
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