18 abril, 2024

Tras el anuncio del Gobierno de recomprar deuda, los bonos suben hasta 10% y el dólar blue retrocede a $374

El Banco Central va a salir a comprar más de USD 1.000 millones en bonos en dólares que se usan para hacer contado con liquidación. Es una medida que en principio tiende a reducir el riesgo país, aunque busca como objetivo principal frenar a los dólares alternativos

El ministro de Economía, Sergio Massa, sacudió al mercado con un anuncio de recompra de deuda calculado para resonar poco antes de la apertura de las operaciones. El blanco, según operadores y economistas, es el crónico problema que enfrenta desde que llegó a Hacienda a mediados del año pasado: el dólar. Las cotizaciones de los bonos soberanos mostraron saltos inmediatos mientras que los dólares financieros podrían recortar avances en las próximas horas, si la medida logra su cometido.

La recompra de más de USD 1.000 millones en títulos de deuda que encargó el funcionario al Banco Central promete disparar los precios en dólares de los bonos más utilizados para las compras de dólar MEP y contado con liquidación, mientras que una suba de tasas de corto plazo decidida esta mañana por la autoridad monetaria se va a encargar de encarecer el financiamiento para inversiones especulativas, afectando el tipo de cambio implícito en los títulos de deuda. De esta manera, el Gobierno busca evitar que continúe la tendencia al alza del dólar libre y las cotizaciones financieras de la divisa.

¿Pero cómo funciona el mecanismo pensado por Massa?

En sí, la mecánica que busca establecer el Ministerio de Economía no es nueva en el mercado local. Ya en el pasado reciente, durante la gestión de Martín Guzmán, se le encargó al Banco Central intervenir en los precios de los bonos con el objetivo de bajar al contado con liquidación y al dólar MEP. La esperanza era que al contener esas paridades también se generara un techo para el dólar libre. Las intervenciones, en ese entonces, eran mucho más chicas y menos explícitas de lo anunciado hoy por Massa.

Pero no es el único antecedente. En las últimas semanas el Gobierno también se había mostrado activo en el mercado de bonos con intervenciones sobre la hora, en los últimos minutos de cada rueda, orientadas a frenar o bajar el precio de los dólares financieros. Pero con un acuerdo con el FMI en marcha el Banco Central no estaba autorizado a hacerlo y era, según las especulaciones de los operadores del mercado, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses el que se encargaba de atacar los precios de los bonos.

Se trataba de intervenciones visibles para los operadores, alguien salía a comprar a pérdida antes de cada cierre, pero que no se anunciaban como tales y que no tenían ningún tipo de publicidad oficial.

La operación de recompra de deuda tiene la virtud de que puede perseguir el mismo objetivo que las intervenciones de la Anses, pero a plena luz del día, por montos más importantes y visibles, además de permitir a Massa el golpe de efecto de un anuncio que -aspira- altere la tendencia del mercado.

Riesgo país

Al elegir una operación masiva de recompra -según operadores USD 1.000 millones son una porción importante de deuda emitida que en total ronda los USD 35.000 millones- Massa puede aspirar a lograr otro efecto: elevar los precios en dólares de los bonos y, con la suba de precios, hacer caer sus rendimientos. La “tasa” que pagan esos bonos a quienes los compran en el mercado secundario. Esa tasa no es ni más ni menos que la referencia a la que, en teoría, podría emitir deuda el Tesoro si quisiera colocar nuevos bonos en dólares en el mercado.

Esa tasa o rendimiento de los bonos tiene una forma muy célebre de ser expresada. El riesgo país, o índice EMBi+ de JP Morgan, que es una medida del costo de endeudarse del Tesoro argentino en comparación con el que paga el Tesoro de los Estados Unidos.

Bajar el riesgo país, en principio, es una vía para volver más accesible una eventual emisión de deuda en moneda extranjera. Este es un objetivo muy importante de todos los programas del FMI precisamente porque el Fondo presta a los países que pierden acceso al mercado con el objetivo de, eventualmente, poder abandonar ese rol de prestamista de última instancia cuando el país logra volver a financiarse por su cuenta en el mercado.

Massa fue explícito en esto durante su anuncio de esta mañana cuando instó a trabajar para “que la mejora del perfil de la deuda argentina permita devolver al país a un lugar de participación en el mercado de capitales”. Y en su entorno creen que no va a poder despertar objeciones del organismo al tratarse de operaciones que, así planteadas, no están prohibidas en el acuerdo.

Volver al mercado puede estar muy lejos -operadores consultados descreen de que algo así pueda estar cerca-, pero caminar en dirección a él no puede ofender a nadie: ni al FMI ni al frente interno.

Tasa en pesos

En concordancia con el anuncio de Massa, el Banco Central anunció esta mañana otra medida financiera que busca acompañar el proceso de recompra de deuda.

“El Banco Central de la República Argentina informa que desde el día 18 de enero de 2023 decidió incrementar en 200 puntos básicos la tasa para las operaciones de pases. La tasa de pases pasivos a 1 día hábil de plazo es de 72% mientras que para las operaciones activas a 1 día hábil de plazo es de 97%”, anunció la entidad conducida por Miguel Pesce a través de un comunicado.

Los pases pasivos son instrumentos del Banco Central similares a una Leliq, pero de muy corto plazo. Le permiten a Pesce sacar dinero de circulación momentáneamente, reducir la base monetaria, y regular el costo de endeudamiento de muy corto plazo.

La suba de tasas de cortísimo plazo complementa las recompras de bonos con dólares. Al subir, al menos en términos relativos, el costo de los pesos ayuda a contener los tipos de cambio paralelos. Por ejemplo, porque la suba impacta sobre la tasa de la caución, los préstamos que toman los operadores financieros para invertir y que, muchas veces, se usa para financiar compras de dólares.