25 noviembre, 2024

El 60% de los padres creen que sus hijos aprendieron “poco” o “muy poco” durante la pandemia.

La encuesta en familias de clase media muestra que tanto en los adultos como en los chicos se revalorizó la educación presencial y señalan la necesidad de volver a las aulas.

Quedan tan solo tres semanas para que se confirme lo que se sospechaba hace meses: casi todos los alumnos del país completarán un ciclo lectivo sin concurrir a la escuela. Una de las preguntas que surge es: ¿cuánto aprendieron los chicos bajo la modalidad remota? A la espera de evaluaciones, la percepción generalizada de los padres es que aprendieron poco o muy poco.

De acuerdo a una encuesta que realizaron Chicos.net y Youniversal, casi el 60% de los padres considera que sus hijos aprendieron “poco” o “muy poco” durante la pandemia. La percepción se agrava si se tiene en cuenta que fueron familias de clase media, que en su gran mayoría cuentan con dispositivos tecnológicos, las que respondieron.

Apenas un 4,3% de los padres sostuvo que sus hijos e hijas aprendieron “mucho más que con clases presenciales”. En esa línea, la mitad de los encuestados se mostró “de acuerdo” o “muy de acuerdo” con la vuelta a las clases presenciales, la modalidad tradicional que según advirtieron también se revalorizó en la mirada de los chicos.

“A pesar de reconocer el enorme esfuerzo de docentes e instituciones y también el propio y el de sus hijos frente a la situación, padres y madres dudan respecto del aprendizaje escolar de sus hijos en el entorno virtual. Y, sin embargo, imaginan un futuro donde la escuela será híbrida. Será necesario seguir explorando cómo evolucionan estas expectativas y sobre todo estar atentos al para qué de cada espacio y cómo potenciarlo. En este marco, la posibilidad de la conectividad es realmente indispensable” sostuvo Ximena Díaz Alarcón, Cofundadora de Youniversal.

Ante la consulta por las dificultades que encontraron en sus hijos, el 50% de los adultos remarcó la ausencia de contacto personal con sus compañeros. Un 38% mencionó la falta de vínculo presencial con los docentes, además del desorden en la administración de las tareas en el hogar y cierta sobrecarga de deberes. El estudio refleja que la escuela, además de los contenidos, cumple un rol central en la socialización. El mayor escollo, siempre en las casas donde se cuenta con tecnología, se relacionó con el lado humano y vincular de la educación, que se consideran irremplazables.

“Algo bueno pasó con la pandemia: se revalorizó a la institución escolar, demostrando que su función principal no es impartir contenidos, sino contener, acompañar, formar y garantizar una educación integral de valores, afectos y vínculos. Quienes más sufrieron la no presencialidad fueron las personas que no tuvieron acceso a Internet.” Marcela Czarny, directora de Chicos.net.

Por fuera de los contenidos escolares, los padres sí consideran que hubo aprendizajes durante este año. Un 61% advirtió que sus hijos pudieron incursionar en nuevas herramientas tecnológicas, mientras que otro grupo de padres cree que los chicos ganaron en autonomía y que se involucraron en actividades domésticas que hasta el momento no llevaban adelante.

Lo digital llegó para quedarse

La encuesta la respondió una muestra 830 familias, con hijos de entre 13 y 18 años. El 60% de respuestas corresponden al interior del país y en la gran mayoría de los casos fueron las madres quienes contestaron. Entre ellas, el 54% aseguró que la virtualización “llegó para quedarse” e incluso imaginan un proceso escolar que combine clases presenciales con plataformas digitales.

No obstante, la educación presencial se evidenció como irremplazable. Solo el 2% considera la posibilidad de que a futuro la escuela sea desarrollada solo vía clases online. Un 26% imagina que las clases a futuro serán exclusivamente presenciales, pero acompañadas de protocolos, mientras que un 13% no logra imaginar qué forma tomará la escuela del futuro.

“Virtualización, educación remota, ansiedades y adaptaciones que van más allá de lo educativo. Una síntesis de este año de pandemia que nos obliga a repensar aspectos y expectativas claves de nuestra vida cotidiana en relación a la educación”, cierra el informe.