El 11 de mayo de 1813 la Asamblea del año XIII sancionó como Himno a la marcha patriótica que llevaba letra de Vicente López y Planes y música de Blas Parera.
El 22 de julio del año 1812, a poco más de dos años de producida la llamada Revolución de Mayo, el Primer Triunvirato envió al Cabildo una nota solicitándole que se encargara de gestionar la elaboración de una imponente y majestuosa marcha patriótica o canción nacional, para que se cantara en todos los espectáculos públicos y a la que los espectadores debieran escuchar y entonar de pie, como símbolo de respeto.
En cumplimiento de esa solicitud el Cabildo le encargó la tarea a uno de sus miembros, Manuel José García, quien a su vez le encomendó la redacción del texto al sacerdote, periodista y poeta Cayetano Rodríguez, personaje que luego fue diputado en el Congreso Nacional que, reunido en Tucumán, declaró la independencia el 9 de julio de 1816
El fray redactó la letra del himno y el Cabildo la aprobó de inmediato, ordenando que se hagan las gestiones para musicalizarla, tarea que se le encomendó al músico español Blas Parera Morat. Elaborada la música por parte de éste, el Cabildo también la aprobó y la canción patria se estrenó el 1 de noviembre de 1812, en la sede del mismo Cabildo de Buenos Aires.
Sin embargo, la obra no tuvo acogida en la sociedad porteña, no tanto por la música sino por la letra. Por ello, al año siguiente, la Asamblea del Año XIII decidió reformular la canción patria, pidiéndole, por un lado, al mismo fray Cayetano Rodríguez que modifique el texto original, y por otro lado encargándole la misma tarea a Alejandro Vicente López y Planes, con la idea que ambos elaboren textos por separado y luego, comparándolos, se escoja al mejor.
Los dos personajes presentaron sus proyectos y finalmente la Asamblea del Año XIII seleccionó el de Vicente López, confiando nuevamente su musicalización a Blas Parera Morat, quien en esta segunda ocasión tuvo algunos reparos en cumplir con el pedido, ya que la letra del nuevo himno contenía párrafos agresivos respecto de España, y Blas Parera era justamente español. Se dice que lo invadieron las dudas durante varios días y terminó negándose a musicalizar el texto de Vicente López, lo cual fue considerado un agravio para las autoridades, las que lo habrían obligado a cumplir lo que entonces ya no era un pedido sino una orden. Ante semejante susto Blas Parera se apresuró a satisfacer el requerimiento, elaborando velozmente la nueva partitura.
Cinco años después, Blas Parera decidió regresar a España, y al poco tiempo fueron tras él su esposa Facunda del Rey y su pequeño hijo. Falleció el 7 de enero de 1840, a los 63 años de edad.
La nueva versión del himno nacional argentino elaborada por Vicente López, y nuevamente musicalizada por el español Blas Parera, tuvo una gran aceptación popular, aunque con los años la letra fue recortada, eliminándose versos agresivos tales como “y a sus plantas rendido un león”, “el orgullo del vil invasor”, “y con brazos robustos desgarran al ibérico altivo león” o “aquí el fiero opresor de la Patria, su cerviz orgullosa dobló”.
En efecto, en julio de 1893, durante la presidencia de Luis Sáenz Peña, el ministro del Interior Lucio Vicente López, nieto del autor de la letra del himno, propuso que solo se entone la última estrofa del mismo. La propuesta no tuvo acogida, hasta que Julio Argentino Roca, durante su segunda presidencia, firmó un decreto ordenando que, en los actos oficiales, se canten solo los cuatro primeros versos, los cuatro últimos y el coro.
Desde entonces los argentinos entonamos la versión recortada del himno, respecto de su original elaborado por Alejandro Vicente López y Planes.
En el año 1944, el entonces presidente militar que gobernaba la Argentina dictó el decreto 10.302 a través del cual se dispuso adoptar, como letra oficial del Himno Argentino, el texto de la canción compuesta por Vicente López, aprobada por la Asamblea del Año XIII, con la adaptación establecida en el año 1900.
En cuanto a su melodía, el referido decreto adoptó la elaborada por Blas Parera, con la adaptación posterior de Juan Esnaola. Se decidió que, así, nuestra canción patria “será, en adelante, la única versión musical autorizada para ejecutarse en los actos oficiales, ceremonias públicas y privadas, por las bandas militares, policiales y municipales, y en los establecimientos de enseñanza del país”
Por último, el 1 de agosto de 2002, el Congreso Nacional sancionó la ley 25.636, mediante la cual se obligó a todos los canales de televisión y radios autorizadas a funcionar, a que inicien sus programaciones con la emisión del himno nacional argentino.
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