Como todos los años, es importante recordar cómo evitar la propagación del mosquito vector y estar atentos a los síntomas, ya que la enfermedad puede manifestarse con diversos niveles de gravedad.
Diversos factores -como el cambio climático y la acumulación de recipientes descartables que sirven como criaderos de mosquitos- transformaron al dengue en un problema ya instalado para la salud pública a nivel mundial. Según la Organización Panamericana de la Salud -oficina regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS)-, en el año 2022 aumentaron abruptamente los casos de dengue en el Cono Sur de América: en 2021 se registraron 9.096 infecciones mientras que en 2022 fueron 2.330.228.
En este marco, el Ministerio de Salud de la Nación informó que -hasta el 8 de enero- no se registra circulación viral de dengue en ninguna localidad del país. «Durante la segunda mitad del 2022 no se notificaron casos autóctonos de dengue hasta el mes de diciembre, cuando se confirmaron cuatro casos (dos en Ciudad Autónoma de Buenos Aires y dos en Córdoba Capital) sin más casos vinculados. Sin embargo, estos casos alertan sobre la presencia del virus en el país en un contexto favorecedor para la propagación del virus, siendo que nos encontramos en temporada de temperaturas altas y de mayor movilidad de personas dentro y fuera del país», señala el Boletín epidemiológico nacional Nº635 SE 1/2023.
«El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti, que se convierte en vector cuando se alimenta con sangre de una persona enferma de dengue y luego pica a otras personas», explicó la doctora Paola Caro, directora Médica de vittal, y aclaró que el contagio sólo se produce por la picadura de los mosquitos infectados, nunca de una persona a otra. Caro también mencionó que las personas infectadas poseen el virus en el torrente sanguíneo desde un día antes y hasta cinco o seis días posteriores a la aparición de la fiebre.
Consultada sobre los síntomas, apuntó que la infección por dengue puede ser clínicamente inaparente o puede causar una enfermedad de variada intensidad, ya que es «una enfermedad sistémica y muy dinámica, con un período de incubación que puede ser de cinco a siete días».
En tanto, las infecciones sintomáticas pueden variar desde formas leves de la enfermedad, que sólo se manifiestan con un cuadro febril agudo, de duración limitada (dos a siete días); a otros cuya fiebre se asociada a intenso malestar general, cefalea, náuseas-vómitos, cansancio intenso, dolor retro ocular, dolor muscular, dolores articulares, prurito y síntomas digestivos tales como discreto dolor abdominal y, a veces, diarrea.
Asimismo, la directora médica de vittal enfatizó que en el 50% de los casos los síntomas pueden acompañarse de una erupción cutánea y que «algunos casos de dengue pueden evolucionar a formas graves (dengue grave) en las que hay manifestaciones hemorrágicas y pueden llevar a un cuadro de shock».
Tratamiento y prevención
Caro afirmó que es fundamental que, ante síntomas de dengue, la persona no se automedique y consulte al médico para que se le indique la medicación adecuada.
Acerca de la prevención, subrayó que la mejor forma de pelear contra el dengue es eliminar todos los criaderos de mosquitos tanto dentro como fuera de la casa.
Como se sabe, muchos de los recipientes en los que el mosquito se cría son latas, botellas, neumáticos, trozos de plástico y lona, y bidones cortados. «Estos recipientes deben ser eliminados y si no es posible, se debe evitar que acumulen agua, dándolos vuelta (baldes, palanganas, tambores) o vaciándolos permanentemente (portamacetas, bebederos)», consideró Caro.
Por otro lado, y a diferencia de lo que se suele creer, la fumigación no es una solución definitiva ni la más eficaz para eliminar a los mosquitos o prevenir las enfermedades que transmiten. «Si bien en las épocas de calor, la fumigación colabora en la reducción de insectos, es preciso saber que sólo mata a una parte de los mosquitos adultos y no afecta a las larvas, pupas y huevos. Por eso se utiliza principalmente como medida de control ante emergencias sanitarias, es decir, cuando aparece un caso sospechoso de zika, dengue o chikungunya», remarcó Caro. También dijo que una vez que el insecticida cae al piso o se evapora ya no ejerce efecto sobre los mosquitos.
A su vez, agregó que para prevenir la picadura del mosquito pueden colocarse mosquiteros en las ventanas y puertas de las viviendas y usar repelentes sobre la piel expuesta y sobre la ropa con aplicaciones cada tres horas.
Finalmente, la especialista remarcó que «en verano primero se aplica el protector solar y luego de unos 20 minutos, el repelente».
Los mosquitos Aedes aegypti pueden reconocerse por sus distintivas marcas blancas. Son más activos durante el día que en la noche, a diferencia de otras especies de mosquitos. En este momento, por la alta frecuencia de viajes entre la Argentina y los países limítrofes, como Paraguay y Brasil, hay riesgo de que los turistas sean picados por mosquitos y se contagien diferentes virus.
Esos insectos pueden ser vectores de los virus del dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla. Son arbovirus, es decir, virus transmitidos por artrópodos. Durante los meses pasados, los países limítrofes registraron casos de personas con algunas de esas infecciones.
Fuente: Epoca
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