25 noviembre, 2024

Día de la Pachamama: cuál es el origen del ritual de la caña con ruda

Este martes se celebra el Día de la Madre Tierra con diversas fiestas populares y no faltará la clásica preparación. Cuántos tragos de caña con ruda se recomienda beber.

La celebración a la Pachamama tiene una conexión mística con el origen del universo y los seres humanos. Según esta creencia ancestral, la Madre Tierra toma la energía del cosmos, el universo, el tiempo y el espacio.

De esta fuente energética deriva el nombre de Pacha y es a través de este vínculo que existe un respeto profundo por su integridad.

Los rituales del Día de la Pachamama variaron con el tiempo, tomando distintas formas y enriqueciéndose con los legados culturales, históricos y sociales de diferentes comunidades. Es tradicional en nuestra región que el 1° de agosto se tome caña con ruda macho. Se remonta a los tiempos de los guaraníes y su consumo tiene varias razones.

Los guaraníes estaban familiarizados con las condiciones medicinales de la ruda que se utiliza para controlar parásitos, dolores de estómago e irritación por picaduras de incesto. Además, se ha utilizado para protegerse de las vibraciones.

La caña con ruda debe beberse a principios de agosto «para protegerse de los males del invierno». Según la tradición, se deben tomar tres tragos de caña con ruda macho el primer día de agosto. Sin embargo, algunos prefieren siete, un trago largo o incluso un vaso lleno.

Tiene que beberse en ayunas. Esta es la única forma de que traiga suerte, de modo que funcione como un talismán para las malas vibras.

Aunque en la Argentina se popularizó que el 1° de agosto se bebe caña con ruda casi como un amuleto personal, en realidad, el inicio del mes de la Pachamama remite al respeto absoluto a la Madre Tierra en un sentido ambiental y de convivencia.

También se trata de conciencia personal y colectiva, porque la búsqueda de equilibrio en la relación con la naturaleza y con los demás seres humanos es la constante en la vida de los pueblos indígenas que ocupan el noroeste argentino y valles y montañas de Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador, principalmente.