El destacado músico se fue ayer, en horas de la tarde, informaron sus familiares. Sus restos serán velados hoy en el centro Cultural de Mburucuyá. «Se nos fue un gran hacedor de la cultura y defensor de la música tradicional», dijo el intendente, Pablo Guastavino.
Las calles de Mburucuyá se llenaron de congoja y tristeza mientras se conocía la lamentable noticia del fallecimiento del reconocido chamamecero Eustaquio «Papi» Miño. El músico estaba internado en un geriátrico local y sufría una enfermedad que lo aquejaba desde hace tiempo. Será velado en el Museo del Chamamé, ubicado en el Centro Cultural de su pueblo y sus restos serán depositados en el cementerio La Piedad.
Dueño de una larga trayectoria y de amplio linaje musical, «Papi» Miño era reconocido por su calidad profesional en el bandoneón y por su amable sencillez y humildad. Fue uno de los pocos artistas que supo darle esos suspiros pueblerinos a su instrumento para convertirlos en chamamé.
Tras la noticia de su fallecimiento, referentes del chamamé utilizaron las redes sociales para realizar una emotiva despedida al gran «maestro». El intendente de Mburucuyá, Pablo «Kelo» Guastavino, expresó que todo el pueblo está entristecido.
«Se fue un grande de nuestra música, hacedor de nuestra cultura y defensor del auténtico chamamé», dijo el Jefe comunal, destacando además que su gran característica era su devoción por la amistad. «Siempre de perfil bajo, amigo de todos, se lo va a extrañar mucho en las juntadas, en los cumpleaños, eventos a los que él siempre asistía de manera desinteresada, compartiendo sus vivencias a los presentes y, por supuesto, su música», contó congojado, Guastavino.
Por su parte, el presidente del Instituto de Cultura de la provincia, Gabriel Romero, lamentó esta sentida pérdida. «Sin dudas, es el referente que quedaba, digamos, de alguien que representa a Mburucuyá. Era el sonido de Mburucuyá de estos últimos años». A esto, el funcionario provincial añadió: «Creo que la riqueza que tiene el chamamé es de estos músicos referentes de cada una de las localidades que da identidad y que dieron identidad». Por último, Romero lamentó su pérdida y expresó su acompañamiento a sus familiares y amigos.
Un chamamecero con aire y sentimiento pueblero
El músico Eustaquio «Papi» Miño nació en la localidad de Mburucuyá, el 24 de diciembre de 1948. Hijo del destacado bandoneonista Eustaquio Miño, de su padre recibe sus primeras lecciones musicales.
En el año 1965, en la pista «La Querencia», regenteada por el mismo Eustaquio, sube al escenario para integrar el conjunto de Miño por primera vez, reemplazándolo en el bandoneón.
En el año 1966 conoce al notable acordeonista correntino Héctor Oscar Sánchez, músico que lo acompañó en diferentes épocas de su carrera y quien estuvo hasta su última actuación, el pasado 13 de junio, en la fiesta patronal de Mburucuyá en honor a San Antonio de Padua. Con Sánchez formó un conjunto acompañado de las voces y guitarras del dúo Pavón-Aquino.
El conjunto de «Papi» Miño grabó una docena de discos en los que recreó clásicos del cancionero popular chamamecero, compuestos por su padre, como «El puestero», «La querencia», «Cañada Fragosa» y recreando logradas versiones de obras como «Asayé puité», «Peoncito de estancia», «Fierro e’ punta», «La parrilla», «La cimbra» y «El carau», entre otros clásicos.
Sin dudas, será un músico recordado en el ambiente del chamamé.
Su música y su calidad de artista permanecerá por siempre en los corazones del pueblo chamamecero.
Fuente: Diario Epoca
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