El histórico adelgazamiento de este emblema natural de la Patagonia genera preocupación en la comunidad científica. Expertos consultados por Infobae explican sus principales causas y consecuencias

El glaciar Perito Moreno, uno de los principales símbolos naturales de la Patagonia argentina, experimenta las consecuencias del cambio climático y un proceso de retroceso sin precedentes en décadas.
Luego de años de relativa estabilidad, un estudio reciente, en el cual participaron científicos argentinos y alemanes, mostró su adelgazamiento y disminución progresiva de la masa de hielo.
Como informó Infobae, estos datos ponen en evidencia una transformación acelerada del entorno natural y preocupan a la comunidad científica y académica.
Este fenómeno, que afecta no solo a la infraestructura regional, sino que también impacta sobre la hidrología y el futuro de los ecosistemas aledaños, concentra la atención de investigadores, especialistas y organizaciones ambientales. Los testimonios de los expertos consultados por Infobae permiten dimensionar la complejidad y las derivaciones del problema.
¿Cuáles son las causas principales del retroceso?
Según los resultados del estudio, el glaciar Perito Moreno experimentó uno de los retrocesos más acelerados de su historia reciente. Entre 2020 y 2024, el frente norte del glaciar retrocedió aproximadamente 800 metros.
Hasta 2019, el glaciar solo había retrocedido entre 50 y 100 metros desde los máximos registrados en 2003/2004 y 2011/2012, pero en los últimos cuatro años la pérdida de masa y la retirada del hielo se aceleraron de manera considerable.
El comportamiento del glaciar Perito Moreno está determinado por la interacción entre la dinámica propia de los cuerpos de hielo y las modificaciones del clima regional.
El doctor Lucas Ruiz, investigador independiente del CONICET, experto en glaciares y coautor de la investigación, manifestó en diálogo con Infobae que las razones principales del retroceso son “los cambios que se han producido en la temperatura del aire y en la precipitación a nivel regional”.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que el 2024 rompió los récords en cuanto al aumento de la temperatura media global, la cual se posicionó en 1,55 °C por encima de los niveles preindustriales.
Si bien esta cifra representa un valor superior al límite de 1,5 °C establecido en el Acuerdo de París, la entidad internacional explica que un solo año con este aumento no significa que no se haya cumplido con lo acordado a largo plazo, ya que esta situación debería sostenerse por varias décadas para que eso suceda.
Ruiz señaló que existe “una disminución en la precipitación, sobre todo en los meses de invierno, y un aumento de la temperatura más marcado en los meses de verano”. Dicha combinación hace que “aumente el derretimiento superficial porque hace más calor, pero también disminuye la cantidad de hielo que se genera en la zona alta”, según afirmó.
El estudio explica que el aumento de la temperatura y la caída en las nevadas inciden directamente en los glaciares de los Andes australes, lo que modifica su balance de masa e impulsa la pérdida de hielo. En palabras de Ruiz, esto lleva a “un adelgazamiento generalizado de la lengua” del glaciar.
“El glaciar hoy en día todavía sigue de alguna manera frenado, o su flujo sigue mantenido por la Península de Magallanes. Pero lo que estamos viendo es que ese freno, esa ancla, es cada vez más débil. Lo que se espera es que en algún momento comience a tener un fuerte retroceso. Es difícil predecir cuándo va a ocurrir, pero en realidad, para ser más precisos, eso ya está ocurriendo”, apuntó el experto.
Y agregó: “Lo que estamos observando es cómo se va desarrollando ese retroceso que, como lo estamos viendo en los últimos años, ocurre por sectores que se van desestabilizando y tienen un fuerte retroceso y después otros que se mantienen más estables. Pero principalmente lo que hemos visto es que se está produciendo un adelgazamiento generalizado de la lengua y eso está haciendo que justamente la zona de apoyo cada vez funcione menos como una zona de apoyo”.
La lengua de un glaciar es la parte más baja y extensa del hielo, que avanza sobre el terreno como un río helado y actúa como un apoyo, porque su masa sostiene el frente del glaciar en contacto con el terreno o cuerpos de agua.
El trabajo confirma que el comportamiento de Perito Moreno se inscribe en una tendencia observada en otros glaciares del campo de hielo Patagónico Sur. Si bien este glaciar permaneció estable durante el siglo XX, la evidencia científica y los registros del cambio climático global permiten proyectar una disminución de masa prácticamente irreversible sin una mitigación drástica de las causas.
Las consecuencias y escenarios proyectados para la región
El retroceso de Perito Moreno modifica aspectos clave de la hidrología y los ecosistemas circundantes, aunque no se prevén impactos inmediatos catastróficos. Según Ruiz, “no esperamos que tenga un efecto muy marcado en la fauna o en la flora como para llevar también tranquilidad”, aunque reconoce que “el retroceso generalizado de los glaciares lo que está haciendo es generar un aumento de la cantidad de agua fría en los ríos y, en el caso del río Santa Cruz, genera un leve aumento en el caudal del río”.
No obstante, esta variación es transitoria: “sabemos que en algunas décadas a futuro el caudal va a empezar a disminuir”, advirtió.
El testimonio del abogado experto en cambio climático Claudio Lutzky, director del Programa de Actualización en Cambio Climático y Transición Ecológica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), coincide en que “las consecuencias más evidentes del derretimiento general de los glaciares son el aumento del nivel del mar y el deterioro de los ecosistemas del entorno de los glaciares”.
El informe científico precisa que el derretimiento de los glaciares patagónicos está asociado a tendencias de calentamiento consistentes con las proyecciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), lo cual agrava la vulnerabilidad de los ecosistemas dependientes del agua de deshielo.
Es decir, si las temperaturas siguen en aumento y los glaciares pierden su hielo, se reduce a largo plazo la cantidad de agua dulce disponible en los ríos y lagos, lo que afecta tanto a las plantas, los animales como a las personas que la necesitan para vivir.
Acciones y desafíos frente al cambio climático
Frente a la aceleración del retroceso de glaciares como Perito Moreno, los expertos coinciden en la insuficiencia de respuestas locales y la urgencia de actuar en la mitigación del cambio climático.
Ruiz afirma que “la única forma realmente de lograr frenar esto es mitigando los efectos del cambio climático, es decir, reduciendo los gases de efecto invernadero, y esa es la clave”.
Lutzky enfatiza que “la única acción eficaz a largo plazo es la mitigación del cambio climático a través de la reducción de los gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera, vía disminución de emisiones y captura de una cantidad considerable de los gases ya emitidos”. El especialista jurídico agrega que no existen estrategias alternativas con impacto significativo.
A nivel nacional, el panorama se muestra limitado. Ruiz advierte que “hoy en día no se está invirtiendo los fondos necesarios para justamente adaptarnos y mitigar los efectos del cambio climático”. Esta falta de inversión y políticas potentes genera preocupación sobre el futuro manejo de las reservas de agua dulce y la protección de los ecosistemas frente al avance del cambio climático.
La situación del glaciar Perito Moreno se convierte así en una representación concreta de los retos que enfrentan los Andes y, en términos más amplios, de la urgencia de repensar políticas públicas y medidas globales para limitar los efectos de un calentamiento sostenido que afecta no solo a la Patagonia argentina, sino a todo el planeta.
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