28 noviembre, 2024

La OMS alertó que la mayor cantidad de contagios y muertos se dará en los barrios pobres por su alta vulnerabilidad en América Latina

Ya está pasando en Buenos Aires y Resistencia, Corrientes tiene 120 barrios vulnerables. La gente no guarda el distanciamiento ni el uso del barbijo en los asentamientos, ni tampoc en los barrios de la periferia. Se desconoce si dentro de sus hogares mantiene las normas de higiene, mientras el movimiento y contacto entre amigos y familiares es un ida y vuleta permanenete.

el Colectivo de Hábitat Tur­ba realizó un relevamiento sobre cómo se vive el ais­lamiento obligatorio por la pandemia de coronavirus en los barrios populares de Corrientes y Gran Resis­tencia. Los resultados arro­jaron que las condiciones habitacionales van de pre­carias a críticas; mientras que el hacinamiento y la dificultad de acceder a ser­vicios básicos complican la vida en este contexto.

Según el estudio, en algu­nos barrios populares exis­ten diferentes zonas con distintos niveles de preca­riedad. 

La mayor parte de los en­cuestados (71%) afirmó que, durante la cuarentena, se encuentran en una vivien­da en la que habitan entre 2 y 4 personas en total. Dicha vivienda en mayor medida es propia, seguida por vi­viendas en alquiler, de las cuales el 33,3% afirma no haber podido pagar en lo últimos cinco meses.

De acuerdo con la con­sulta sobre la cantidad de cuartos de tales viviendas (sin considerar baño ni co­cina), se ha presentado un solo caso con hacinamiento crítico, es decir, un hogar con más de tres personas por cuarto. Resulta muy ex­cepcional, frente a la holga­da media de 0,83 personas por cuarto, común en las encuestas de ambas áreas metropolitanas.

Acerca de la calidad de los materiales de las viviendas, la encuesta indica que casi el total de las personas que participaron cuentan con una vivienda cuya calidad de materiales sería adecua­da, y el 98% de las personas encuestadas afirma tener agua potable dentro de la misma. “Quisiéramos que este fuera el escenario com­pleto, pero las entrevistas evidencian una situación absolutamente diferente”, dijeron los encuestadores.

Estas últimas, en situa­ción de precariedad extre­ma, ya antes de la pande­mia generaban dificultades a sus habitantes para per­manecer allí, sobre todo cuando se producen fuertes lluvias e inundaciones. Otra preocupación recurrente de las personas entrevistadas es la inminente llegada del invierno en esas condicio­nes.

Hay zonas con viviendas de materiales reciclados, como madera, chapas de cartón, bolsas y plásticos como nylon; piso de tierra, etc.

En general, son áreas ha­cia el interior de los barrios, o muy cercanas a los ríos Paraná: Quinta Ferré, Ana­hí, Molina Punta, Mendoza al Sur y La Tosquera.

“La verdad es que acá en los barrios Anahí, Sol de Mayo y Canal Trece, las vi­viendas son precarias. Más las que están a dos cuadras del río. Y que vivan mucho tiempo ahí es difícil, porque falta mucha urbanización”, afirmó Florencia Ojeda, re­ferente del barrio Anahí y la Red Vecinal Zona Norte.

El informe, señala que la posibilidad de permanecer en la vivienda también se ve condicionada por la can­tidad de personas que se encuentran habitando es­pacios de dimensiones in­suficientes. La cantidad de personas, en algunos casos, tiene relación con la convi­vencia de varios hogares en un mismo terreno o vivien­da. “Hay familias grandes y numerosas en viviendas de 5×4 metros, donde convi­ven entre siete y ocho per­sonas”, dijo Miguel Alegre, del barrio Mendoza al Sur. “La están pasando mal”, agregó quien también es re­ferente de Somos- Barrios de Píe.

Tanto por crecimiento de las familias como por la conformación de nuevos núcleos familiares, enfren­tan dificultades extremas para acceder a suelo urba­nizado y asequible. 

El informe sostiene a través de las entrevistas realizadas, que para que se cumpla el aislamiento so­cial se debe garantizar el acceso a bienes, servicios y condiciones sanitarias urbano-habitacionales, indispensables para su cumplimiento.

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