El área de Bromatología de la Facultad de Veterinaria y el Ministerio de Salud de la Provincia deberán informar hoy si la producción de Avícola Santa Ana es apta para el consumo. La empresa sigue solicitando al SENASA una segunda ronda de testeos.
El conflicto entre Avícola Santa Ana y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) atraviesa hoy su quinto día a la espera de una resolución judicial que definirá si 200.000 gallinas ponedoras finalmente serán sacrificadas luego de la detección de un supuesto foco de influenza aviar. Mientras que ayer, el Juzgado federal -que extendió los plazos para el «vaciamiento sanitario»- intervino nuevamente para evitar la pérdida de una parte de la producción apta para el consumo.
El Juzgado Federal Nº2 de Primera Instancia de Corrientes, a cargo de Juan Carlos Vallejos, intimó a la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), y al Ministerio de Producción y Ministerio de Salud de la Provincia a informar «desde el punto de vista de la ciencia» si se puede extraer y comercializar «huevos y carnes congeladas» provenientes de los galpones ubicados a la vera de la Ruta Provincial Nº43.
La disposición judicial se dio luego de que la empresa advirtiera ayer a la mañana que debería arrojar unas 15.000 docenas de huevos debido a la falta de espacio para su resguardo. Vale recordar que desde hace exactamente una semana, el SENASA le prohibió la venta de huevos en el mercado.
El director general de Avícola Santa Ana SA, Daniel Piazza, comentó ayer, al cierre de la edición que hasta el momento retiraron del mercado una «circulación mínima» ante la nueva requisitoria de la Justicia. «Tenemos fe de que podamos volver a comercializar huevos. Esperamos para mañana (por hoy) una respuesta», acotó a época dejando entrever que la medida busca que los huevos vuelvan rápidamente a las góndolas y así evitarían verse obligados a desechar la producción más antigua.
Desde la empresa lamentaron que «están achicando los espacios» para que salvar la mayor cantidad de huevos posibles. «No son las condiciones óptimas de manejo, pero sufriendo un poco nos ahorramos de perder los huevos» puntualizó.
Además, buscan evitar desechar 20.000 kilogramos de pollo congelado que la granja compra de otros establecimientos avícolas para vender bajo la marca «Santa Ana». «Como provienen de otros establecimientos no tiene ningún tipo de riesgo», resaltó Piazza. En ese aspecto, el SENASA le prohibió a la granja mover sus productos congelados este martes.
Insisten con nuevos testeos
Desde la empresa insistieron en la necesidad de realizar una segunda ronda de testeos para poner fin a la polémica. «Solo queremos otra muestra y si dan positivo seremos los primeros en aceptar», sostuvo.
Vale recordar que el principal argumento de la avícola es que los test que supuestamente dieron positivo nunca fueron tomados por el veterinario de registro que trabaja para la firma. A su vez, remarcan que el veterinario del SENASA nunca se apersonó en el procedimiento de testeo.
Fuente: Diario Epoca
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