La Virgen María llegó al norte argentino de la mano de los Jesuitas en 1580. Convertida en Virgen de Itatí, es venerada en Corrientes.
La imagen de Nuestra Señora de Itatí, “la Reina de la Civilización en la cuenca del Plata”, es una de las imágenes marianas más celebres y antiguas de la República Argentina.
Su santuario data de los comienzos de la época colonial. Se levanta en el pueblo de Itatí. A orillas del Alto Paraná y a 70 km de la ciudad de Corrientes.
El culto de la Virgen de Itatí ha sido ininterrumpido desde 1616.
En 1528, Sebastián Gaboto, explorando el Alto Paraná, desembarcó en un puerto al que dio el nombre de Santa Ana.
Allí cerca se levantaba un caserío llamado Casas da Yaguarón, nombre del cacique del distrito.
Algunos de los miembros de la expedición exploraron la Laguna Iberá, a la que denominaron también Santa Ana.
La gloriosa madre de la Virgen María tomó, desde entonces, bajo su protección esas regiones.
El cacique Yaguarón y sus indios eran de índole pacífica, hospitalaria, y recibieron bien a los españoles.
Desde 1528 franciscanos arrojaron la primera semilla evangélica en el distrito de Santa Ana, llamado también Reducción de Yaguarí; y en ella siempre prevaleció la devoción a María Inmaculada.
En 1615 (1580 según otras versiones) el puerto de Santa Ana quedo abandonado, y el fray Luis de Bolaños fundó la nueva reducción a la que dio el nombre de «Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí». Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí.
Fray Luis de Gamarra, párroco del lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen. En la Semana Santa de 1624 tiene lugar la primera transfiguración de la Virgen, que duró varios días. Gamarra relata en un documento de la época: «se produjo un extraordinario cambio en su rostro, y estaba tan linda y hermosa que jamás tal la había visto». Las transfiguraciones se repitieron a lo largo de los años.
Los milagros y las curaciones son incontables, pero quizás el más increíble y espectacular haya ocurrido en 1748. En ese año hubo un gran malón que buscaba destruir y saquear el poblado, pero cuando los indios llegaron a las puertas de Itatí, se abrió ante ellos una ancha y profunda zanja que les impedía el paso. Ante este hecho se retiraron despavoridos, y los habitantes del lugar acudieron entonces a la capilla agradecer a su Patrona.
El 16 de julio de 1900, la imagen de la Virgen de Itatí fue solemnemente coronada por voluntad del Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la Diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue proclamada Patrona y Protectora de la misma. Su fiesta se celebra el 9 de Julio.
El Santuario de Itatí, es uno de los más importantes de América. Cada año alrededor de 2 millones y medio de fieles, no sólo de Argentina, sino también de otros países sudamericanos, se dirigen a la gigantesca Basílica a dar testimonio de su devoción y amor por Nuestras Señora de Itatí.
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