Dahiana Gisela Madrid se refugia en su casa de Villa Bosch y se niega a responder preguntas tras reconocer a la Justicia que presentó en la empresa para la que trabaja un certificado con mentiras a instancias de su coordinador. Su problemática relación con Diego y una frase sorprendente: “Cuando lo encontré, el cuerpo estaba caliente”.
Dahiana Gisela Madrid prefiere la sombra en su casa de Villa Bosch. Todas sus rejas y persianas están cerradas, atiende los golpes en la puerta apenas con su voz, sin dejarse ver, mientras el barrio hace la suya. Saben quién es, pero no saben lo que pasa. El nuevo centro del fuego por la muerte del futbolista más grande de todos los tiempos, en una investigación judicial en la que cualquier inexactitud puede terminar en una guerra de escritos y contrademandas, está justo ahí, en esa puerta de chapa entreabierta. Sin embargo, Villa Bosch no se entera.
Dahiana, por su parte, guarda silencio.
“De mi declaración no voy a hablar, te agradezco”, asegura en un tono casi inaudible.
Su declaración, precisamente, es el problema.
Ayer por la noche, Dahiana fue citada de urgencia por la fiscal Laura Capra, que investiga la muerte de Diego Armando Maradona con el fiscal general de San Isidro John Broyad y los adjuntos Cosme Iribarren y Patricio Ferrari. Un documento que circulaba entre periodistas y que había llegado a la fiscal era el motivo de la nueva citación.
En su primer testimonio, Dahiana, de 36 años, con más de una década de experiencia como enfermera, ex empleada de tres reconocidas empresas del negocio de la salud, aseguró que a Maradona lo “dejó dormir” tras llegar como relevo de otro enfermero a las 6 de la mañana del jueves a la casa del country San Andrés donde el ídolo pasó sus últimos días. El enfermero, según la causa, fue el último en ver a Diego con vida, al chequear que dormía y respiraba normalmente, media hora después, a las 6:30.
La enfermera, según su versión, lo escuchó orinar cerca de las 7:30 AM, el último signo de vida. No hubo una confirmación visual, apenas lo escuchó. Pero el documento que llegó al WhatsApp de la fiscal Capra decía otra cosa. Había una entrada a las 9:30 AM, en donde la enfermera supuestamente intentó controlar los signos vitales de Diego. El ex campeón del mundo, de acuerdo al documento, se negó a dejarse chequear.
En su ampliación de esta madrugada, Madrid reconoció efectivamente haberlo escuchado orinar, pero dijo algo sumamente curioso sobre la segunda entrada en el documento entregado a la empresa de enfermería para la cual trabaja. “Escribí en el reporte que le intenté controlar signos vitales, lo cual no es cierto”, afirmó Dahiana según una fuente judicial de alto rango: “Lo puse por una indicación del coordinador”.
No aseguró haber sido obligada, puesta contra la pared, lo que equivaldría a un encubrimiento grosero y escandaloso. ¿Fue una forma de cubrirse y cubrir a su jefe, quizás, ante una posible acusación de abandono de persona, algo que sugiere el entorno de Maradona, particularmente el abogado Matías Morla? ¿Está Dahiana en problemas con la Justicia? Por lo pronto, los investigadores no hablan de un falso testimonio: el “falso reporte”, para empezar, que no es parte de una historia clínica oficial, todavía no es parte de la causa, no consta en el expediente una copia de su original.
La situación no genera un problema mayor ni corre el eje de la causa, afirman en San Isidro. Sin embargo, una fuente judicial de alto rango asegura: “De esto puede surgir una imputación, o no”.
Hasta ahora, no existen evidencias de mala praxis con respecto al tratamiento de Diego, algo que podrá ser revelado en su régimen de medicación a través de las pericias a su sangre, orina y órganos que realizará Policía Científica en La Plata y cuyo resultado los fiscales esperan la semana siguiente. Para contrastar el relato de la enfermera hay al menos otros cuatro testigos, entre ellos el asistente personal de Maradona, presentes en la casa al momento de la muerte.
Dahiana y Diego no tenían la mejor de las relaciones. El mejor jugador de todos los tiempos, con un psiquiatra, en tratamiento por adicción al alcohol, podía ser un paciente difícil. En sus testimonios, la enfermera aseguró que Maradona no aceptaba que ella le administrara la medicación, que aceptaba consumir a través de un tercero. Tampoco se encontraba en una habitación contigua. Las personas en la casa se mantenían alejadas mientras dormía. Maradona podía ser muy irascible si lo despertaban.
La enfermera declaró haberlo visto al mediodía. “Cuando lo toqué, el cuerpo estaba caliente”, afirmó. Así, intentó revivirlo con masajes cardíacos, respiración boca a boca, según lo que declaró. El llamado a la ambulancia fue realizado a las 12:17. La ambulancia llegó al San Andrés 11 minutos después.
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