Yorgi Arciniega, alcalde del municipio de Angostura, dijo la noche del miércoles que se habían recuperado unos 25 cadáveres. Sin embargo, Maduro luego confirmó 15 muertos y dijo que esa cifra había sido «un acto de desesperación».
Alrededor de 15 personas murieron cuando una mina de oro ilegal se derrumbó en las selvas del sur de Venezuela, confirmaron funcionarios el miércoles mientras continuaba la búsqueda de sobrevivientes. El desplome de toneladas de tierra y piedras ocurrió el martes en la mina «Bulla loca» en el estado de Bolívar, a siete horas en bote desde el pueblo más cercano, La Paragua, donde los familiares esperaban ansiosos novedades.
Yorgi Arciniega, alcalde del municipio de Angostura, dijo a AFP la noche del miércoles que se habían recuperado unos 23 cadáveres, entre ellos 15 que habían llegado en barco a La Paragua y unos ocho más en camino. El viceministro de Protección Civil, Carlos Pérez Ampueda, publicó el día X un vídeo del incidente y se refirió a un saldo «masivo», aunque no proporcionó cifras. Según los funcionarios, se pensaba que unas 200 personas trabajaban en la mina.
Sin embargo, luego el presidente Nicolás Maduro desmintió esas cifras y confirmó: «Hasta el momento tenemos 15 fallecidos y 11 heridos», al leer en la televisión estatal un reporte que le envió el gobernador del estado, Ángel Marcano. Más temprano, Yorgi Arciniega declaró a la AFP que manejaba incluso un saldo provisional de víctimas de 25 muertos y 15 heridos. El reporte leído por Maduro califica los balances dados por Arciniegas a los medios de comunicación como «un acto de desesperación» frente a la tragedia.
El video compartido por el viceministro de Protección Civil muestra a decenas de personas trabajando en las aguas poco profundas de una mina a cielo abierto, cuando un muro de tierra se derrumba lentamente sobre ellos. Algunos lograron huir mientras que otros quedaron atrapados. El alcalde Arciniega, que anteriormente también había hablado de 15 personas heridas, dijo que cuatro habían sido trasladadas en barco a La Paragua el miércoles por la tarde para recibir tratamiento.
La gobernación dispuso de dos helicópteros para continuar con las labores de salvamento porque los pobladores dijeron que hay más mineros atrapados en el alud, comentó Ángel Marcano, del partido oficialista PSUV. El secretario de Seguridad Ciudadana del estado Bolívar, Edgar Colina Reyes, sumó que los heridos fueron trasladados a un hospital en la capital regional Ciudad Bolívar, a cuatro horas de La Paragua, que se encuentra a 750 kilómetros al sureste de la capital, Caracas.
Parientes desolados esperaban en las costas noticias de sus familiares. «Mi hermano, mi hermano, mi hermano», gritó uno al ver cómo sacaban un cuerpo de un barco. Los accidentes son comunes en las zonas donde se mueven las arenas o en las máquinas donde las procesan para conseguir el mineral, según han denunciado previamente algunos mineros y grupos ambientalistas y de derechos humanos.
Familiares de uno de los mineros muertos lloraron desconsolados mientras trasladaban su cuerpo en la caja de un. Lo llevaron hasta una pequeña vivienda con techo de chapa, donde su madre se abrazó con otros familiares. «Mi hermanito, mi hermanito», lloraba una niña cerca del cadáver, cubierto con una sábana, en una sala repleta para el velatorio. Grupos de jóvenes en moto acompañaron a los camiones con los cuerpos traídos desde la mina. Varios grabaron con sus celulares los cortejos fúnebres.
Minería ilegal: una problemática difícil de erradicar en la zona
Reyes dijo que militares, bomberos y otras organizaciones se estaban «desplazando por vía aérea a la zona» para evaluar la situación. También estaban llegando equipos de rescate desde Caracas para ayudar en la búsqueda. «Estamos evaluando los daños y haciendo un análisis de rescate», añadió Ampueda. En La Paragua, muchos locales comerciales no abrieron sus puertas en las últimas horas.
En diciembre pasado, al menos 12 personas murieron tras el colapso de una mina en la comunidad indígena de Ikabarú de este mismo estado, donde días antes había ocurrido un «colapso parcial» sin dejar fallecidos. La región del arco minero en Bolívar, que abarca una porción de la Amazonía, tiene una extensión de 112.000 kilómetros cuadrados con grandes reservas de oro, diamantes, hierro, bauxita, cuarzo y coltán.
Es una zona que explota el gobierno, pero también es ocupada por grupos ilegales y bandas criminales. «Esto estaba por venir», comentó Robinson Basanta, habitante del lugar, al hacer referencia a las condiciones de inseguridad con las que trabajan los mineros, la mayoría de ellos en situación de extrema pobreza. «Esta mina ha soltado mucho oro. La gente se mete ahí por la necesidad, sacando el sustento para vivir», añadió el hombre.
Activistas denuncian un «ecocidio» en la zona y la explotación de niños y mujeres, que trabajan extensas jornadas sin protección. Las Fuerzas Armadas venezolanas desalojaron en el último año a unos 14.000 mineros ilegales del Parque Nacional Yapacana, ubicado en el vecino estado Amazonas.
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