12 abril, 2025

Balotaje en Ecuador: en un clima de incertidumbre y máxima paridad, Noboa y González cierran sus campañas

Este jueves ambos candidatos dan sus últimos discursos en Guayaquil. Hay un empate técnico entre los dos postulantes, según distintas encuestas.

Bajo fuertes ráfagas de lluvia que aparecen y se disipan en cuestión de minutos, Quito vive un final de campaña atípico. A solo tres días del crucial balotaje del domingo, el centro de la capital luce ajeno al clima electoral, enfocado más en los barrios populares y en Guayaquil, el puerto convertido en bastión del crimen organizado y donde este jueves se realizan los actos de cierre.

Los carteles con el rostro de la postulante de la izquierdista Revolución Ciudadana, Luisa González, son escasos en la zona céntrica. Solo unas tímidas figuras de tamaño natural del presidente saliente y aspirante a la reelección, Daniel Noboa, rompen la monotonía de una ciudad rodeada de montañas, en las faldas orientales del volcán Pichincha, sobre una red de quebradas de paisajes imponentes.

Esos estrechos, pero profundos pasos entre las montañas quiteñas dividen distintas zonas de la capital. Parecen grietas que separan una ciudad aparentemente apacible, pero que ha sufrido en los últimos años un fuerte embate de la inseguridad.

Ecuador se ha convertido en el país más peligroso de la región, con una tasa de homicidios que saltó a 38 por cada 100.000 habitantes, según la fundación Insight Crime, dedicada a la investigación sobre las amenazas a la seguridad nacional de América Latina y el Caribe. Guayaquil es el centro de la ola de violencia criminal narco que se extiende por todo el corredor costero y que obligó a Noboa a declarar el estado de excepción y un virtual “conflicto armado interno”.

Noboa (centroderecha) y González (izquierda) llegan al balotaje de este domingo en un empate técnico, según distintos sondeos. Pero la heredera del expresidente Rafael Correa, exiliado en Bruselas, confía en ganar las elecciones tras el vital respaldo del partido Pachakutik, brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie).

La extrema paridad no es de ahora. En la primera vuelta, el 9 de febrero, Noboa aventajó a González por poco más de 16.000 votos (44,17% a 44%).

La sociedad ecuatoriana está dividida en dos

La grieta política ecuatoriana es tan profunda como las quebradas de Quito. Hablar con sus habitantes es trasladar al Ecuador las divisiones ideológicas que envuelven a la Argentina.

Noboa, que gobernó 18 meses tras ganar las elecciones de noviembre de 2023 convocadas para completar el mandato del renunciante Guillermo Lasso, es neoliberal en lo económico y lanzó una campaña frontal contra el crimen organizado “a lo Bukele”, el polémico presidente salvadoreño que acabó con las pandillas de su país a un elevado costo de denuncias de violaciones masivas a los derechos humanos. “Mano dura” es su lema.

Miles de ecuatorianos fueron detenidos, algunos de ellos por portación de tatuajes en el último año, según denunciaron familiares. Vastas zonas del país han sido militarizadas, al igual que las cárceles, tomadas por grupos narco. Noboa sostiene que la criminalidad bajó en el último año y medio gracias a su plan de seguridad.

La violencia, la economía y la situación social dividen a los ecuatorianos, tanto como el pasado correísta y el presente bajo el gobierno del joven empresario heredero de un imperio bananero.

“Me gustaba Correa, pero ahora voy por Noboa. El correísmo robaba, pero hacía, se estaba relativamente bien y no había tanta inseguridad. Pero hubo mucha corrupción y se endeudó al país. Yo quiero un cambio. Le voy a dar una nueva oportunidad al presidente”, contó a TN el comerciante Gabriel Rodríguez, de 34 años.

Tanto él, como su esposa y sus padres, votarán por el candidato del oficialista Movimiento Acción Democrática Nacional (ADN), pero sus tíos y algunos amigos se inclinarán por Luisa González.

“Tratamos de no hablar de política en la familia. Tampoco entre amigos. Mucha gente se pelea y se deja de hablar por estos temas. Es muy fuerte el correísmo y el anticorreísmo en este país”, confió.

Rodríguez habla pausado. Nada lo apura. Ni siquiera los gritos ante un sorpresivo embotellamiento en el centro de la ciudad. “La gente está cansada de las campañas políticas y más de las peleas”, señaló. A pocos metros, desde la ventanilla de un auto, una gigantografía de Noboa ganaba la calle como único símbolo visible del proceso electoral.

La campaña sí es fuerte en los barrios populares. Noboa eligió un centro deportivo, en el centro-sur de la capital, para su último acto en Quito. “Estas son las votaciones más importantes en la historia de Ecuador”, dijo el presidente este miércoles.

Luisa González cerró su cruzada electoral quiteña en la humilde zona sur, cerca del estadio de Aucas, de la primera división de fútbol local. Allí anunció el respaldo del excandidato derechista Jan Topić. Según dijo, es una alianza que “trasciende las diferencias políticas”.

Este jueves encabezará su último acto en la violenta Guayaquil, al igual que Noboa. Lo curioso es que la candidata correísta también habla de “mano dura” contra el crimen organizado, pero le agrega la frase “con justicia social” para diferenciarse del presidente.

Guayaquil se ha convertido en un distrito vital para estos comicios. Los dos candidatos la eligieron para dar su último discurso antes del balotaje y de que empiece la veda electoral. A solo tres días de las elecciones aún hay mucha gente que no definió su voto.

“Los indecisos son entre 10 y 15 por ciento. Allí puede estar la clave”, resumió a TN la analista Glaeldys González, del Crisis Group.