20 abril, 2024

Coronavirus: con Alemania a la cabeza, Europa empieza a flexibilizar la cuarentena

Aunque todos saben que será imposible volver por completo a la normalidad, diversos países de Europa comenzaron ayer a flexibilizar las restricciones impuestas semanas atrás para frenar el contagio de Covid-19 , pandemia que se ha convertido en una prueba de fuego para la Unión Europea .

Gracias a unas primeras señales de contención del brote, con menos muertes y casos, con prudencia Alemania Noruega Dinamarca Italia y otros países empezaron a reabrir algunos negocios y actividades.

Aunque la canciller Angela Merkel llamó a los alemanes a mantener la disciplina para evitar un retroceso en la lucha contra el coronavirus, sus compatriotas finalmente pudieron regresar a las tiendas, buscando «terapia de compras» después de un mes de confinamiento. Los negocios de hasta 800 metros cuadrados, así como los concesionarios de automóviles, locales de bicicletas y librerías, tuvieron permiso para reabrir después de un acuerdo con los líderes de 16 estados de Alemania, todos interesados en iniciar el proceso para sacar la economía de una recesión. Las escuelas, en cambio, comenzarán a reabrir en dos semanas.

Merkel dijo que el peligro de infección sigue siendo alto en Alemania, después de que el sol del fin de semana atrajera a muchos a los parques. Aseguró que tomaría 14 días ver si la flexibilización de las medidas elevaba la tasa de infección, y agregó: «Debemos permanecer vigilantes y disciplinados».

En el este, la República Checa abrió sus mercados agrícolas, tiendas de artesanía, concesionarios de automóviles y salones de peluquería canina, luego de que impuso uno de los confinamientos más estrictos y de los primeros de Europa.

Austria dio el primer paso para reducir las restricciones el martes de la semana pasada, al permitir que reabrieran las tiendas de bricolaje, centros de jardinería y negocios pequeños, mientras planea la reapertura de museos y librerías desde mediados de mayo.

Luxemburgo dijo que una selección similar de tiendas podría reabrir y que las escuelas comenzarían a funcionar a partir del 4 de mayo. Cuando todas las escuelas vuelvan a abrir, sin embargo, las clases se dividirán en dos grupos que se alternarán entre una semana en la escuela y una semana estudiando en casa.

Después de cinco semanas de cierre, también Dinamarca reabrió varios pequeños comercios y peluquerías, masajistas, autoescuelas y dentistas. A las ocho en punto Merete Soendergaard, una asesora informática, fue una de las primeras en entrar en una peluquería. «Tenía cita hace ya varias semanas, y en cuanto vi que se producía la reapertura, volví a reservar», contó. Para el dueño de la peluquería reabrir fue un placer, pero también una responsabilidad, ya que hay que respetar escrupulosamente las medidas de seguridad. Cada cliente debe desinfectarse las manos desde la entrada y luego ponerse un poncho de uso único antes de empezar la sesión. El material y las superficies son desinfectados continuamente.

En Noruega, donde igualmente la pandemia parece bajo control, reabrieron las guarderías después de cinco semanas, así como pudieron reanudar sus actividades psicoterapeutas y psicólogos. Durante el resto de la semana será el turno de la vuelta al trabajo de peluqueros y dermatólogos y a partir del lunes próximo reabrirán parcialmente escuelas primarias, secundarias y universidades.

En Italia, que con 454 muertos más alcanzó el trágico balance de 24.114 víctimas mortales, el peor del continente, mientras seguía descendiendo el número de nuevos casos, algunas empresas también reabrieron. Mientras el primer ministro, Giuseppe Conte, está siendo muy criticado por su indecisión en cuanto a cómo concretar la denominada «fase 2», que comenzará el 4 de mayo, miles de empresas del rubro textil, de la moda y de la mecánica se anticiparon.

En medio de gran cautela y algunas protestas sindicales, volvieron a abrir, en forma gradual y preliminar, grandes grupos como Fincantieri, de construcciones navales, y Gucci, del mundo de la moda del lujo, así como otras grandes y pequeñas empresas del sector metalmecánico y textil. El denominador común de la reapertura fueron la seguridad y la puesta en marcha de medidas como la desinfectación de los espacios de trabajo, la distancia de seguridad entre los trabajadores e incluso medición de la temperatura y tests al ingresar a las sedes.

Más allá del riesgo de contagio, en la mayoría de los trabajadores prevalecen el miedo a perder el puesto de trabajo y la conciencia de que cuanto más tiempo cerrada permanece una fábrica, más pierde.

Después de más de cuarenta días, en Roma volvieron a abrir, con horarios reducidos, librerías y papelerías, como en el resto de Europa, bajo condiciones de seguridad. Solo se puede entrar con barbijo, de a pocos, de acuerdo con los metros cuadrados del lugar, y hay que pasarse alcohol en gel sobre los guantes, ambos elementos a disposición de los clientes en la entrada. En muchos casos hubo aplausos.

Por: Elisabetta Piqué