Las Fuerzas Armadas de Israel intensificaron su presencia en la frontera con Gaza y esperan la autorización del gobierno para un ataque terrestre.
La violencia en el conflicto entre Israel y Hamas continúa en aumento. El gobierno de Netanyahu realizó un nuevo despliegue militar en la frontera con Gaza, lo que puede ser al anticipo de una ofensiva terrestre, situación que podría derivar en una “guerra a gran escala”, dijo la ONU.
Según ha comentado el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el general de brigada Hidai Zilberman, de momento los planes están siendo elaborados por los militares y luego serán presentados a las autoridades políticas del país para su aprobación, informa Jerusalem Post.
«Esta noche hemos comenzado a destruir objetivos gubernamentales en la Franja de Gaza, como bancos centrales y edificios de seguridad interna. Hamás está empezando a descubrir grietas y hay presión en la organización, incluso entre la población de Gaza, que está perdiendo la paciencia», ha declarado Zilberman durante una conferencia de prensa.
Zilberman ha indicado que todas las opciones permanecen sobre la mesa y se han desplegado tropas adicionales a la frontera antes el posible inicio de una operación terrestre.
Por su parte Netanyahu calificó la violencia en las ciudades israelíes de «anarquía» y de intolerable» y dijo que estaba preparado para combatirla con «puño de hierro» si fuera necesario, incluyendo con un masivo e inédito despliegue militar.
Voceros militares israelíes dijeron que la aviación bombardeó Gaza más de 600 veces desde el lunes y que los movimientos armados palestinos Hamas y Yihad Islámica lanzaron más de 1.600 cohetes hacia Israel en ese mismo periodo.
Durante la noche, el Ejército israelí intensificó sus ataques aéreos contra edificios -algunos de gran altitud- e instalaciones del enclave, en gran medida pertenecientes a milicianos de Yihad Islámica y Hamás.
El Ministerio de Salud de Gaza elevó a 83 la cifra de palestinos muertos, entre ellos 17 niños, y a 487 la de heridos en cuatro días de ataques aéreos israelíes en la franja costera, en la mayor escalada desde una gran ofensiva israelí contra la región en 2014.
Siete israelíes murieron hasta ahora por los cohetes, entre ellos un niño de seis años y un soldado que fue alcanzado por un misil antitanque.
La violencia se ha extendido en Israel como nunca antes desde el levantamiento o Intifada palestina de 2000, con una explosión de choques intercomunitarios que abre un nuevo frente que se suma al de Gaza y constituye una seria amenaza a la paz interna del país.
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