Esta madrugada decenas de policías irrumpieron en la sede diplomática mexicana y se llevaron al exvice Jorge Blas, al que el viernes el gobierno de López Obrador había concedido asilo. Ambos países rompieron relaciones y el gobierno de Noboa trató de justificar la acción señalando que «había un abuso de inmunidades y privilegios».
Abriendo un conflicto de gravísimas aristas diplomáticas, la policía de Ecuador irrumpió esta madrugada en la embajada de México en Quito y detuvo al ex vicepresidente Jorge Glas, que estaba refugiado desde diciembre en la legación y que había recibido justamente este viernes la condición de asilado por el gobierno de López Obrador. La invasión de decenas de policías a la sede mexicana derivó en la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Es una «violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México (…) he instruido a nuestra canciller que (…) proceda de manera legal y de inmediato declare la suspensión de relaciones diplomáticas con el gobierno de Ecuador», escribió el presidente Andrés Manuel López Obrador en la red social X.
Por su parte, la canciller mexicana, Alicia Bárcena, confirmó la resolución y sostuvo que la entrada de elementos de la policía ecuatoriana representa una violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, advirtiendo que recurrirá a la Corte Internacional de Justicia para denunciarlo.
Ecuador defendió la acción policial señalando que México incurría en un «abuso de las inmunidades y privilegios» concedidos a Glas, que fue vicepresidente de Rafael Correa desde 2013 a 2017, y luego de Lenín Moreno hasta 2018.
El ex vicepresidente enfrenta dos condenas por corrupción, sumando un total de trece años de prisión. Desde el 17 de diciembre de 2023 se encontraba refugiado en la Embajada mexicana y el gobierno de López Obrador le había concedido asilo político para evitar su encarcelamiento.
Glas, quien ya estuvo preso por corrupción, fue trasladado a una unidad de la fiscalía en Quito. Sobre él pesa una orden de prisión en el marco de una indagación por el presunto delito de apropiación o uso ilegal de bienes del Estado.
Durante el asalto, agentes enmascarados y armados irrumpieron en la sede diplomática de México con autos blindados, forzando su entrada y llevándose por la fuerza al ex vicepresidente Glas, quien se encontraba refugiado en la embajada desde diciembre, cuando un juez ecuatoriano emitió una orden de arresto en su contra por cargos de corrupción.
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, varios vehículos salieron de la embajada y detrás de uno de ellos corría Roberto Canseco, que había quedado a cargo de la delegación diplomática mexicana luego que Ecuador expulsara el día anterior a la embajadora Raquel Serur, gritando: «¡No puede ser, es un atropello!».
Canseco intentaba desesperadamente intervenir para que no se llevaran a Glas, pero fue retenido y reducido en el suelo por los uniformados, según videos divulgados a través de las redes sociales. «Es un atropello, es contra la norma, no puede ser», exclamó.
«Físicamente, a riesgo de mi vida, defendí el honor y la soberanía de mi país. Es increíble que haya sucedido algo así», señaló Canseco en declaraciones con medios presentes en el lugar
«Como delincuentes allanaron la embajada de México en Ecuador (…) Esto es una locura. Estoy muy preocupado porque pueden matarlo», advirtió y agregó: «Esto es totalmente fuera de toda norma y lo están haciendo porque es una persona perseguida, como lo podemos constatar el día de hoy».
La canciller mexicana Alicia Bárcena denunció en X «lesiones sufridas por el personal» de la embajada durante la incursión policial, por lo que «México anuncia el inmediato rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador».
En declaraciones a Milenio TV, Bárcena dijo también que «se nota claramente la agresión física que ha sufrido nuestro jefe de cancillería», quien se encuentra «bien», lo mismo que el resto del personal.
La decisión de otorgarle asilo tensó las relaciones bilaterales y el jueves Quito ya decidió expulsar a la embajadora mexicana Raquel Serur tras las declaraciones de López Obrador sobre la violencia política en Ecuador.
La secretaría de Comunicación de la presidencia (Segcom) señaló que «toda embajada tiene una sola finalidad: servir como un espacio diplomático con el objetivo de estrechar las relaciones entre los países».
Agregó que «ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político. Jorge Glas ha sido condenado con sentencia ejecutoriada y contaba con disposición de captura emitida por las autoridades competentes».
El expresidente Rafael Correa, prófugo y condenado a ocho años de cárcel por corrupción, escribió en X que «ni en las peores dictaduras se ha violado la embajada de un país». «Responsabilizamos a Daniel Noboa [presidente de Ecuador] de la seguridad e integridad física y sicológica del ex vicepresidente Jorge Glas», agregó Correa (2007-2017).
«Es un atropello a la inmunidad diplomática»
Canseco, quien tildó de «increíble» al ingreso de la policía a la embajada, relató a la prensa que los funcionarios estaban por salir de la sede diplomática cuando se encontraron con los uniformados.
El diplomático consideró que «no hay fundamento» para la incursión policial y recalcó que Glas «es una persona perseguida como lo podemos constatar el día de hoy».
Por su parte la cancillería de Ecuador sostiene que Glas enfrenta un proceso por corrupción y que otorgarle asilo «apoya una evasión a la justicia del Estado ecuatoriano y promueve la impunidad».
Jorge Glas, ex vicepresidente entre 2013 y 2017 del exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017), está acusado de desviar fondos públicos destinados a la reconstrucción de poblados costeros después de un devastador terremoto en 2016.
En otro proceso, el exfuncionario fue condenado en diciembre de 2017, cuando había sido reelegido, a seis años de cárcel por la trama de corrupción de la firma brasileña Odebrecht.
En 2022 obtuvo su libertad condicional al beneficiarse de un recurso de habeas corpus.
Antes de la detención, Ecuador calificó de «ilícito» el asilo otorgado por México e insistió en que no otorgará el salvoconducto para que Glas vaya a México, que en los últimos años ha concedido asilo o refugio a correístas como el ex canciller Ricardo Patiño y los diputados Soledad Buendía, Carlos Viteri y Gabriela Rivadeneira.
El caso de ataque a una embajada en Ecuador se produce cuando todavía se encuentran asilados en Caracas seis opositores al régimen de Nicolás Maduro en la embajada argentina. El tema generó nuevos cortocircuitos entre los presidentes Javier Milei y Maduro, y el líder libertario reclamó al chavismo que cese del «hostigamiento» y las «persecuciones» a los líderes opositores venezolanos, así como el llamado a «elecciones libres y democráticas» en ese país.
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