El presidente de Estados Unidos (EEUU), Joe Biden, pidió al Congreso a aprobar «inmediatamente» medidas para reforzar el control de armas
El presidente de Estados Unidos (EEUU), Joe Biden, pidió este martes al Congreso a aprobar «inmediatamente» medidas para reforzar el control de armas en Estados Unidos, incluida la prohibición de todas las armas de asalto y los cargadores de munición de gran capacidad.
«Podemos salvar vidas» con el control de armas, dijo Biden en una declaración desde la Casa Blanca sobre el tiroteo que este lunes dejó diez muertos en un supermercado de Boulder
«Urjo a mis colegas en la Cámara Baja y el Senado a actuar. Podemos prohibir de nuevo las armas de asalto y los cargadores de munición de gran capacidad en este país», subrayó el mandatario.
Estados Unidos aprobó en 1994 un veto federal a las armas de asalto en el país, que en palabras de Biden «hizo que se derrumbaran los asesinatos masivos», pero en 2004 expiró sin que el Congreso lo renovara.
Obama también pidió el control de armas
El expresidente estadounidense Barack Obama urgió este martes a superar «la oposición de los políticos cobardes» y aprobar medidas para reforzar el control de armas en Estados Unidos, al asegurar que el país «ya no puede permitirse» que sea «normal» experimentar regularmente tiroteos masivos.
El que fuera presidente entre 2009 y 2017 reaccionó en un comunicado al tiroteo de Boulder (Colorado), donde un hombre de 21 años identificado como Ahmad Al Aliwi Alissa abrió fuego con un fusil de asalto y dejó diez muertos de edades comprendidas entre los 20 y los 65 años.
«Ya es hora, desde hace mucho, de que aquellos que tienen poder combatan esta epidemia de violencia armada», subrayó Obama, que tuvo como vicepresidente al actual mandatario estadounidense, Joe Biden.
El exmandatario reconoció que no será fácil erradicar la «animosidad, el racismo y la misoginia que nutren muchos de estos actos de violencia sin sentido», pero sí es posible «dificultar que quienes tienen odio en sus corazones puedan comprar armas de guerra».
Obama reconoció hace años que su mayor frustración como presidente fue el fracaso de sus esfuerzos por lograr un mayor control de la venta y posesión de armas en el país, después de la matanza de 2012 en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut), donde fueron asesinados a tiros 20 niños y 6 mujeres.
El Gobierno de Obama impulsó entonces un conjunto de medidas para reformar la legislación de control de armas, pero el Congreso no aprobó siquiera la que generaba más consenso: un sistema de verificación de antecedentes para impedir que las armas llegaran a los criminales o a las personas con problemas de salud mental.
Al reaccionar al tiroteo de Boulder, Obama aseguró que sentía, «además de pena, una indignación profunda y familiar» por el hecho de que Estados Unidos «siga tolerando estos actos aleatorios y sin sentido, día tras día, sin tomar medidas significativas».
«En una vida normal, deberíamos poder comprar alimentos sin miedo. Deberíamos poder ir a la escuela, salir con nuestros amigos o rezar juntos sin planear mentalmente nuestra fuga si alguien aparece con un arma. Deberíamos poder vivir nuestras vidas sin preguntarnos si el próximo viaje fuera de nuestra casa podría ser el último», agregó.
El de Boulder es el mayor tiroteo masivo en Estados Unidos desde agosto de 2019, cuando un hombre armado mató a 23 personas también en un supermercado de la cadena Walmart en El Paso (Texas).
Todavía se desconocen los motivos que llevaron al sospechoso, acusado de diez cargos de asesinato en primer grado y que residía en la cercana localidad de Arvada, a abrir fuego contra los clientes del supermercado, menos de una semana después de que otro tiroteo en Atlanta dejara ocho muertos.
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