24 abril, 2025

El cuerpo del papa Francisco ya está en la Basílica de San Pedro y miles de fieles le dan el último adiós

Será expuesto al público durante tres jornadas de recogimiento y oración. El funeral se realizará el sábado y será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor.

Todo está ya encaminado: este miércoles 23 de abril, a las 9:00 horas de la mañana, el ataúd con el difunto pontífice Francisco ha sido trasladado desde la capilla donde reposaba, en el interior de lo que fue su hogar hasta el lunes desde el inicio de su pontificado-la residencia de Santa Marta- hasta la basílica de San Pedro, conforme a lo establecido en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis.

La traslación del féretro ha comenzado después de un momento de oración, presidido por el camarlengo, Kevin Joseph Farrell: la procesión ha recorrido la Plaza de Santa Marta y la Plaza de los Protomártires Romanos y ha salido por el Arco de las Campanas hacia la Plaza de San Pedro, para entrar a la basílica por la puerta central.

Los restos del papa Francisco llegaron a la Basílica de San Pedro, donde permanecerán durante tres días en capilla ardiente desde este miércoles para que miles de fieles puedan darle un último adiós.

El féretro de madera abierto fue llevado en procesión desde la capilla de Santa Marta, donde falleció el lunes a los 88 años, acompañado de cardenales y guardias suizos.

El féretro fue colocado frente a la tumba de San Pedro y enfrente del imponente baldaquino de Bernini.

Francisco, al contrario que sus predecesores, ha elegido un simple féretro, en madera y zinc, sin catafalco. Eso significa que cuando los fieles se acerquen a darle su último adiós, el ataúd del pontífice reposará sobre el suelo de la basílica, y no sobre un túmulo ceremonial, como hasta ahora había sucedido con sus antecesores.

El pontífice aparece vestido con sotana roja, la mitra papal y un rosario entre las manos.

Todos los rituales que se desencadenan tras la muerte de un papa cumplen unos ritmos milenarios que parecen no entender de urgencias terrenales, pero tras esa aparente consecución de acontecimientos inamovibles, en el Vaticano también se piensa en el futuro y se busca ya un sucesor para Francisco.