Sorprende a los científicos los cambios bruscos en su actividad. Los socorristas continúan evacuando pueblos ante la inestable situación.
El volcán de la isla española, La Palma, este lunes volvió a expulsar ceniza y humo tras una breve tregua. Mientras que cientos de personas en los pueblos costeros se encerraban en sus hogares ante la posibilidad de que la lava llegue al mar y libere gases tóxicos.
Una columna de humo blanco se elevó alrededor de las 11 (hora local – 1000 GMT) desde el volcán Cumbre Vieja, tras varias horas de calma, según testigos de Reuters. Los expertos confirmaron que comenzó a expulsar lava a la misma hora.
Así, dos lenguas de lava negra sobrecalentada rodeaban una colina al oeste de la pequeña ciudad de Todo que, a menos de un kilómetro del Atlántico, pero las autoridades dijeron que no podían asegurar cuándo podría llegar al mar.
El volcán conjuga «pulsos de explosiones y pausas» desde hace un tiempo, explicó David Calvo, portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) a la agencia de noticias AFP.
Durante la mañana, el volcán había reducido «notablemente» su actividad durante algunas horas, según los expertos. Pero pasado el mediodía local, Involcan publicó dos fotografías de la enorme columna negra que se eleva sobre el cráter y describió: «Imágenes de las emisiones de ceniza que se están observando en las últimas horas».
«En las últimas horas el tremor volcánico ha casi desaparecido, así como la actividad explosiva estromboliana -acción volcánica que alterna erupciones de lava y proyecciones explosivas-«, informó Involcan en su cuenta oficial. Y aseveró que, por ahora, «no podía determinar si se trata de una pausa o del final de la erupción» e indicó estar evaluando diferentes escenarios.
«No se veía ningún flujo viscoso de lava saliendo del volcán, ni tampoco cenizas», agregó Involcan.
En la misma línea se había expresado horas antes el Instituto de Geociencias de Madrid, que publicó un mensaje en la red social Twitter afirmando que «la actividad se ha reducido notablemente en las últimas horas en La Palma», junto a un gráfico que mostraba esa disminución. «Hay que estar muy vigilantes de su evolución porque el escenario puede cambiar rápidamente», alertó.
Por su parte, las autoridades ordenaron confinar a los habitantes de varios barrios del Municipio de Tazacorte para protegerlos de la posible llegada al mar de la lava, que podría emanar gases tóxicos en esta isla atlántica de 85.000 habitantes.
A su vez, informaron que expertos temen los efectos del encuentro del magma ardiente con el agua, que podría generar un choque térmico que derivara en la formación de columnas de vapor de agua cargadas de ácido clorhídrico.
Por otro lado, el portal inmobiliario español Idealista estimó los daños en unos €178 millones (u$s209 millones).
Es algo «normal en este tipo de erupciones», dijo Miguel Ángel Morcuende, director del comité de respuesta del Pevolca. El volcán «tiene continuidades y discontinuidades», señaló.
María José Blanco, también del Pevolca, expresó que los niveles más bajos de gas y un menor suministro de material dentro del cráter podrían haber causado la disminución de la actividad.
Las coladas se encuentran ahora a una distancia de entre 800 metros y 1.000 metros de la costa en línea recta, según las autoridades.
En el aeropuerto de La Palma, que llegó a cerrarse el sábado, la compañía Binter pretendía retomar sus operaciones el lunes, pero desistió. «Paralizamos de nuevo la operativa con La Palma tras intentar realizar un primer vuelo hoy y constatar que no se cumplen las condiciones necesarias de seguridad», afirmó la compañía en Twitter, donde adelantó que volverán a intentarlo el martes «si las autoridades confirman que se dan condiciones favorables».
La erupción del Cumbre Vieja no ha dejado víctimas por el momento, pero provocó graves daños materiales y forzó la evacuación de más de 6.000 personas. Además, alrededor del 15% de la cosecha de plátanos de la isla podría estar en peligro, poniendo en peligro miles de puestos de trabajo.
Desde el 19 de septiembre, la lava negra ha descendido lentamente por el flanco occidental del volcán hacia el mar, destruyendo más de 500 casas, así como iglesias, según el programa de seguimiento de catástrofes Copérnico de la Unión Europea.
Aun así, unos 300 habitantes de las zonas costeras de San Borondón, Marina Alta y Baja y La Condesa han sido confinados en sus casas ya que el momento de contacto entre la lava y el mar probablemente desencadenará explosiones y emitirá nubes de gases con cloro.
La Palma, con más de 83.000 habitantes, forma parte del archipiélago de las Islas Canarias. Y las dos erupciones precedentes en la localidad tuvieron lugar en 1949 y 1971, provocando la muerte de tres personas en total, dos de ellas por inhalación de gases.
Más historias
La vicepresidenta de Filipinas amenazó con matar al presidente y advirtió que ya contrató a un sicario
La Policía de Brasil presentó cargos contra Jair Bolsonaro por el intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022
Rusia disparó por primera vez un misil intercontinental contra Ucrania