Las autoridades encontraron muerto a Robert Card, el tirador que el miércoles conmocionó a Estados Unidos al matar a 18 personas.
El sospechoso de haber perpetrado el tiroteo en el estado Maine, en el noreste de Estados Unidos, Robert Card, fue encontrado muerto con una herida por un estado autoinfligido, informó esta noche la cadena NBC Boston citando fuentes policiales.
«Ya no existe ninguna amenaza en Maine, ya que Card ha sido localizado y ha fallecido», dicen las fuentes que son citadas en el informe, que agrega que en las próximas horas la Policía Estatal de Maine ofrecerá una conferencia de prensa en la ciudad de Lewiston, cercana al lugar de los hechos, pero por el momento, aunque es probable que se trata de un suicidio, se desconocen fehacientemente los motivos de la muerte de Card.
La Policía de Estados Unidos había intensificado hoy la búsqueda por todo el noreste del país del sospechoso de haber asesinado hace dos días a 18 personas y herido a decenas en un tiroteo.
«Se está destinando una enorme cantidad de personal policial, tiempo y esfuerzo, las 24 horas del día para hallar al principal sospechoso», había dicho el jefe de Policía de la ciudad de Lewiston, David St. Pierre, en una conferencia de prensa.
Además, había agregado que habían iniciado una exhaustiva búsqueda con buzos en el área cercana al embarcadero en el que se encontró el vehículo de Robert Card, el principal sospechoso del tiroteo cometido.
El comisionado de Seguridad Pública de Maine, Michael Sauschuck, había precisado que varios equipos se desplegaron por tierra, agua y aire a lo largo del río Androscoggin en Lisbon y Lewinston, informó la cadena de noticias CNN y replicó la agencia de noticias Europa Press.
Los equipos de la Policía de Maine utilizarían un sónar para rastrear el río y recoger cualquier actividad bajo las aguas, mientras que otro equipo estaría encargado de inspeccionar las orillas.
Si bien las autoridades habían trabajado en cerca de 530 pistas, una de las opciones que se contemplaba era el suicidio del tirador.
En el marco de las pesquisas, los investigadores habían hallado un teléfono celular y una nota, propiedad del sospechoso.
«Seguiremos trabajando y cuando podamos hablar sobre ello, definitivamente lo haremos», zanjó Sauschuck.
Las matanzas ocurrieron la noche del miércoles 25 en Lewiston, una ciudad de 36.000 habitantes, la segunda más grande de Maine, donde se instó a la población a permanecer en sus casas por el riesgo que supone este hombre armado y peligroso que se había fugado.
La Policía identificó al atacante como Robert Card, de 40 años, y difundió su fotografía. Por el momento se desconocen sus motivaciones.
Esta nueva matanza, una de las más mortíferas desde la de Las Vegas en 2017, se añade a la larga lista de tiroteos en Estados Unidos, donde las leyes permiten comprar armas fácilmente.
Los tiroteos ocurrieron al menos en dos lugares: un bowling y un bar-restaurante. Varios medios mencionaron también un tiroteo en un centro de logística de un supermercado Wallmart, pero las autoridades no lo confirmaron.
Estados Unidos tiene más armas que habitantes: un adulto de cada tres posee al menos un arma y casi un adulto de cada dos vive en una casa donde hay un arma.
La consecuencia de esta proliferación es la altísima tasa de muertes por armas de fuego, incomparable con la de otros países desarrollados.
Excluyendo los suicidios, más de 15.000 personas murieron a causa de la violencia armada desde principios de año en el país, que suma 565 tiroteos en estos 10 meses, y el ataque de ayer es el más mortífero registrado durante el período, según la asociación Gun Violence Archive (GVA), que lleva un registro diario de la situación.
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