19 abril, 2024

La lava del volcán Cumbre Vieja llegó finalmente al mar

El volcán Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, volvió a expulsar ceniza, humo y lava que finalmente llegó al mar generando que se liberen gases tóxicos.

El volcán Cumbre Vieja de la isla de La Palma, en las Canarias, volvió a expulsar este martes ceniza y humo tras una breve tregua, y la lava llegó al mar, quedando registrada esta secuencia en un video.

Precisamente, cientos de personas en los pueblos costeros se encerraban en sus hogares ante la posibilidad de que la lava llegara al mar y liberara gases tóxicos.

Antes de este fenómeno, una columna de humo blanco se elevó alrededor de las 11 (hora local) desde el volcán Cumbre Vieja, tras varias horas de calma.

Los expertos confirmaron que comenzó a expulsar lava a la misma hora.

Así, dos lenguas de lava negra sobrecalentada rodeaban una colina al oeste de la pequeña ciudad de Todoque, a menos de un kilómetro del Atlántico, pero las autoridades dijeron que no podían asegurar en ese momento cuándo podría llegar al mar, lo finalmente ocurrió.

El volcán conjuga «pulsos de explosiones y pausas» desde hace un tiempo, explicó David Calvo, portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).

Durante la mañana, el volcán había reducido «notablemente» su actividad durante algunas horas, según los expertos. Pero pasado el mediodía local, Involcan publicó dos fotografías de la enorme columna negra que se eleva sobre el cráter y describió: «Imágenes de las emisiones de ceniza que se están observando en las últimas horas».

«En las últimas horas el tremor volcánico ha casi desaparecido, así como la actividad explosiva estromboliana -acción volcánica que alterna erupciones de lava y proyecciones explosivas-«, informó Involcan en su cuenta oficial. Y aseveró que, por ahora, «no podía determinar si se trata de una pausa o del final de la erupción» e indicó estar evaluando diferentes escenarios.

Por su parte, las autoridades ordenaron confinar a los habitantes de varios barrios del Municipio de Tazacorte para protegerlos de la llegada al mar de la lava, que podría emanar gases tóxicos en esta isla atlántica de 85.000 habitantes.