24 noviembre, 2024

Los espías occidentales difunden informes alarmantes sobre la salud de Vladimir Putin

El líder ruso está enfermo y sufre cambios extremos de conducta debido a los medicamentos, afirmaron importantes fuentes internas del Kremlin a la Inteligencia de EEUU, Reino Unido, Australia, Canadá y Nueva Zelanda.

Las agencias de inteligencia de Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá y Nueva Zelanda comenzaron a compartir informes provenientes de fuentes anónimas del Kremlin sobre el origen del «comportamiento cada vez más errático» del presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Los informes de los espías occidentales alimentan la hipótesis de una enfermedad detrás de la decisión del presidente ruso de invadir Ucrania, incursión militar que comenzó el 24 de febrero, dejó miles de muertos y se ganó el repudio mundial.

Según estos reportes Vladímir Putin está enfermo, y sufre comportamientos cada vez más erráticos y continuos arrebatos provocados por los medicamentos, lo que explicaría su apariencia hinchada y la distancia absurda que mantiene con sus visitantes extranjeros, ministros y asesores cercanos.

«Putin es un hipocondríaco conocido y se ha ido a los extremos, incluso sentarse en un extremo de una mesa extremadamente larga, con otros líderes mundiales o sus principales ayudantes en el otro, para evitar contraer Covid-19. También se sabe que se puso un traje completo de materiales peligrosos para visitar un hospital de Moscú con pacientes con coronavirus», dijo el New York Post.

Vladimir Putin ¿víctima del Parkinson o de demencia senil prematura?

Según las agencias de inteligencia, que citan fuentes bien informadas, Vladimir Putin estaría siendo sometido a un tratamiento con esteroides para combatir un tumor o una enfermedad grave. Esto le habría provocado la palidez e hinchazón del cuello y la cara, efectos secundarios asociados a las terapias prolongadas para la lucha contra el cáncer.

Otras hipótesis dicen que el presidente ruso, de 69 años, es víctima de la enfermedad de Parkinson o padece una forma de demencia senil prematura.

Los servicios de inteligencia, por su parte, revelan cómo fuentes del Kremlin o cercanas al mandatario cuentan cómo en los últimos años las órdenes de Putin fueron cambiando continuamente, y cómo decayó la fuerza persuasiva y la claridad de sus mensajes y directivas.

«Hubo un cambio identificable en su toma de decisiones en los últimos cinco años más o menos», dijo una fuente de seguridad rusa a The Daily Mail. «Aquellos a su entorno ven un cambio marcado en la contundencia y claridad de lo que dice y cómo percibe el mundo que lo rodea».

«Algo anda mal» con Putin

El ex jefe del MI6, Sir Richard Dearlove, dijo recientemente que es «muy preocupante» que Putin pueda estar mentalmente «comprometido» y tener el dedo en el «botón nuclear».

«Tal vez el comportamiento de Putin, tal vez su racionalidad, esté perjudicado o comprometido por la enfermedad. La mejor explicación, que no sabemos si es correcta o no, es que puede tener Parkinson. Eso ciertamente lo he escuchado de varios neurólogos que dicen que la pérdida de control, la psicosis, son síntomas muy comunes de Parkinson», agregó.

El senador republicano estadounidense Marco Rubio, miembro de alto rango en el Comité de Inteligencia del Senado de EEUU, opinó que «algo anda mal» con Putin.

«Ojalá pudiera compartir más, pero por ahora puedo decir que es bastante obvio para muchos que algo anda mal con Putin», dijo. «Siempre ha sido un asesino, pero su problema ahora es diferente y significativo. Sería un error suponer que este Putin reaccionaría de la misma manera que lo habría hecho hace cinco años».

Desde la incursión militar rusa en Ucrania, diversos especialistas han analizado la psique del hombre fuerte de Rusia.

El escritor británico Ian McEwan describió a Vladimir Putin como «un adversario desquiciado e impredecible» mientras el periodista Jonathan Freedland dijo que la invasión de Ucrania es «el capricho de un hombre posiblemente enloquecido».

Por otra parte, el exsecretario británico de Asuntos Exteriores David Owen dijo que el comportamiento agresivo de Putin puede ser consecuencia de tomar esteroides anabólicos, un neuropsicólogo que puede ser el resultado del «síndrome de arrogancia» que afecta a sus lóbulos frontales.