24 noviembre, 2024

Lula no asistirá a la asunción de Milei mientras Bolsonaro festeja el triunfo libertario

Lo que quieren en Brasilia es mantenerse cautelosos, porque tal vez haya medios de frenar esta onda ultraderechista en la que se vio inmerso Argentina. “Casi estoy torciendo para que mañana la Argentina le gane a Brasil”, llegó a decir un Bolsonaro exaltado.

El comentario oficial de Lula da Silva sobre el triunfo de Javier Milei, en el balotaje, reveló la esencia de la diplomacia brasileña. Saludó a los ciudadanos argentinos: “La democracia es la voz del pueblo y siempre debe ser respetada. Mis felicitaciones a las instituciones de Argentina por la conducción del proceso electoral”. Al nuevo gobierno le deseó “éxitos” y expresó su aspiración: “Brasil siempre estará disposición para trabajar juntos con nuestros hermanos argentinos”. En el Twitter faltó, sin embargo, la mención de un nombre y apellido: el de Javier Milei, el próximo mandatario.

Quienes festejaron la opción de los argentinos por el nuevo gobernante fueron nada menos que los hombres de Jair Bolsonaro: “La esperanza vuelve a brillar en América del Sur”, dijeron. Pero lo que revela el impacto en el ex presidente fue su comunicación online con el próximo ocupante de la Casa Rosada. Vía celular de última generación, Bolsonaro le dijo: “Estoy muy feliz por usted. Has hecho un trabajo muy grande que supera a la Argentina, va para afuera de su país. Nos representa mucho a nosotros los demócratas, que somos amantes de la Libertad”. Y para concluir dijo algo casi impensable: “Casi estoy torciendo para que mañana la Argentina le gane a Brasil” en el partido del Maracaná.

Pero quien apretó la tecla precisa acerca de las reacciones del bolsonarismo fue el asesor especial de Bolsonaro, Fábio Wajngarten. Sintetizó: “Volveremos”. Esa es en realidad la mayor expectativa de este grupo para quienes el triunfo de Milei puede representar, a futuro, posibilidades de retornar al poder. Pero, así como las celebraciones abundaron en la ultraderecha de Brasil, fuera de la región el impacto fue esencialmente distinto: miedo y precauciones frente al nuevo jefe de Estado. El rebote en Europa no fue halagüeño. Tanto que la Unión Europea le comunicó a la diplomacia de Itamaraty que pretende definitivamente firmar el tratado, con los cambios que serían introducidos del lado del Mercosur, el 7 de diciembre próximo, es decir antes de la asunción del mandatario “libertario”. Ese día es la cumbre presidencial del bloque, en Río de Janeiro, y todavía participará Alberto Fernández.

En el Palacio del Planalto los gestos de “buena voluntad” hacia el nuevo establishment político argentino no ocultan “el espanto”, como admitieron ministros del equipo lulista. Habían mantenido reuniones durante la tarde con la esperanza de que los votos favorecieran a Sergio Massa, aunque sabían que este partido se jugaba voto a voto. El fiasco, tal como dijo Oliver Stuenkel, doctor en ciencias políticas por la Universidad de Essen, “representa un fracaso para el actual gobierno brasileño». «Milei utilizó el sentimiento anti Brasil para movilizar su campaña, como también lo hizo con Joe Biden, con el chileno Gabriel Boric y con el chino Xi Jinping”, explicó. En su visión es “una forma de usar la política externa como un incentivo para los seguidores más radicales”.

Se afirma, en los medios brasileños, que Diana Mondino, de quién se dijo que sería su canciller, buscó contactos con el gobierno Lula para “apaciguar” las expectativas negativas. Sin embargo, no será fácil establecer un diálogo si el jefe de la Rosada insiste en no querer hablar con su colega del Planalto.

Por de pronto, fue invitado a la asunción Jair Bolsonaro. Y Lula da Silva informo que no estará presente. Lo que quieren en Brasilia es mantenerse cautelosos, porque tal vez haya medios de frenar esta onda ultraderechista en la que se vio inmerso nuestro país. “No creo que sea una derechización regional. Hay una alternancia muy grande en la región entre derecha e izquierda” concluyó el senador Humberto Costa, del Partido de los Trabajadores.