23 noviembre, 2024

María Corina Machado desafió a Maduro en las calles de Caracas, y el chavismo respondió que seguirá con la represión

La líder opositora, que se había ocultado por las amenazas del régimen, apareció para encabezar una concentración en la capital venezolana y luego salió del lugar en una moto a toda velocidad. Dijo que el chavismo «nunca estuvo tan débil». No muy lejos, antes sus seguidores, Maduro contesto que «mantendrá los operativos de militares y policías» contra opositores.

En otra jornada de extrema tensión política, la dirigente opositora María Corina Machado desafió al chavismo encabezando una masiva concentración en pleno centro de Caracas, ocasión en la que repitió «ya ganamos y estamos defendiendo la soberanía popular a través del voto». Vestida con una camisa blanca, la dirigente proscripta por el chavismo repitió que «nunca el régimen de Maduro ha estado tan débil, ya que han perdido toda legitimidad», prometiendo «la resistencia al fraude seguirá y no vamos a dejar las calles».

Al terminar su recorrido, sobre un camión descapotado, Machado subió a una moto que la alejó a toda velocidad del lugar del acto, hacia otro lugar de resguardo, ya que el régimen de Maduro ya ha repetido que la quiere presa, tanto a ella como al candidato Edmundo González Urrutia, que no estuvo en la concentración de este sábado.

La respuesta de Maduro, en una aparición ante sus seguidores, fue también desafiante, ya que aseguró que mantendrá los operativos que han detenido a centenares de opositores, incluso entrando a los golpes en sus casas en videos que se viralizaron en redes sociales: «Los patrullajes militares y policiales se mantendrán en toda Venezuela para proteger al pueblo», dijo el mandatario Maduro en un mitin en Caracas. La represión de las protestas ya ha dejado al menos once muertos según organizaciones de derechos humanos, y se estima que hay más de un millar de detenidos.

«El gobierno ha perdido toda legitimidad»

Rodeada de miles de personas que gritaban «libertad, libertad», Machado salió del lugar de clandestinidad en que se había ocultado porque dijo que teme por su vida, para encabezar la concentración opositora en Caracas, en abierto desafío a Maduro que dijo que «la quiere presa en una cárcel de máxima seguridad».

«No vamos a dejar las calles», sentenció. «Siento esperanza al verla a pesar de las amenazas, siento que es una luz para Venezuela. Tengo mucha fe en que vamos a salir de este gobierno», dijo a la AFP Adrián Pacheco, un comerciante de 26 años. La oposición realizó concentraciones similares en otras ciudades del país, Estados Unidos, América Latina y Europa.

«Maduro es ilegítimo. No somos terroristas, luchamos por nuestro país, por la libertad», dijo en las manifestaciones Jezzy Ramos, una chef de 36 años, casada y con una hija.

La respuesta del chavismo

Maduro denunció que «hay un plan opositor para usurpar el poder», a casi una semana de los comicios del 28 de julio, cuyos resultados han sido cuestionados por Estados Unidos y varios países de la región, y cuyas actas oficiales no se conocen. Maduro insiste en que las denuncias de fraude forman parte de un plan de golpe de Estado en su contra y advirtió que «no se aceptará, con las leyes nacionales, que se pretenda usurpar nuevamente la presidencia», trazando un paralelismo con el reconocimiento internacional que recibió Juan Guaidó en 2019.

«González Urrutia hoy tuvo miedo de autojuramentarse como hizo Guaidó», dijo Maduro. «No fue a la marcha de la oposición porque tuvo miedo, pero le iban a poner la banda y se iba a autojuramentar», agregó.

Maduro fue ratificado el viernes por el oficialista Consejo Nacional Electoral como presidente reelecto con 52% de los votos, frente a 43% de González, que asegura por su parte tener pruebas que demuestran que ganó la elección con 67% del sufragio. Las autoridades electorales, en cambio, más allá de la difusión de esas cifras globales, no han mostrado actas de los escrutinios en particular, situación que el chavismo intenta justificar en que hubo «ataques al sistema informático», pero en los hechos, nadie en Venezuela ha visto números definitivos de cada centro de votación.

La marcha del chavismo llegó al palacio presidencial de Miraflores en el centro de la capital. Eran miles de personas vestidas en su mayoría de rojo -el color del partido de gobierno- con banderas y pancartas.

«Maduro es la paz, María Corina Machado es la muerte», gritaba Humberto Berrocal, de 75 años, en la marcha. «Si van a venir a la brava, a lo arrecho, como decimos aquí, que se atengan a las consecuencias: les sale Tocorón».

Tocorón es una de las dos cárceles de máxima seguridad que Maduro ha dicho alista para los 2.000 de detenidos en las protestas que estallaron desde el lunes en contra del resultado, y que dejaron 11 muertos, según oenegés de derechos humanos. El mandatario -que ha dicho que hay también dos militares muertos- advirtió que «los patrullajes militares y policiales» seguirán «en toda Venezuela para proteger al pueblo».

Alemania, España, Francia, Italia, Países Pajos, Polonia y Portugal urgieron el sábado a las autoridades venezolanas a «publicar rápidamente todos los registros» de votación, una exigencia que se multiplica por el mundo. Estados Unidos dio un paso más y declaró que hay «evidencia abrumadora» de la victoria de González Urrutia. Argentina, Uruguay, Ecuador, Costa Rica y Panamá siguieron la misma línea.

En México, Colombia y Brasil bloquearon una declaración de la OEA cuestionando la legitimidad electoral de Maduro y dicen que impulsan un acuerdo político, aunque muchos observadores consideran que esa circunstancia jamás será aceptada por la parte más dura del chavismo. Incluso el mismo Maduro dijo en su campaña que una victoria opositora implicaría «un baño de sangre en Venezuela».