Fue nominado por la Academia de Ciencias al máximo galardón científico en el país: el Premio al Logro de Ciencia y Tecnología Sobresaliente 2021. El vocero del ministerio de Exteriores insistió días atrás en que «debería recibir también el Nobel de Medicina».
La Academia de Ciencias de China nominó al Instituto de Virología de Wuhan y a uno de sus principales científicos, Shi Zhengli, para uno de los galardones más prestigiosos del país: el Premio al Logro de Ciencia y Tecnología Sobresaliente 2021.
La nominación estuvo vinculada al extenso trabajo del instituto en el estudio del virus COVID-19, que finalmente resultó en la creación de vacunas y medicamentos para tratar las infecciones por coronavirus en todo el mundo.
«El grupo de investigadores completó la identificación sistemática sobre la etiología del Covid-19. Han logrado sentar una base importante y una plataforma tecnológica para el seguimiento y epidemiología del mecanismo patógeno», sostuvieron.
Shi Zhengli, conocida como la «mujer murciélago» debido a sus estudios sobre los mamíferos voladores que se cree que son la fuente del COVID-19, también recibió elogios especiales de los científicos y las instalaciones de investigación nominativos del comité.
Días atrás, el vocero del ministerio de Exteriores Zhao Lijian insistió además en que «el equipo de Wuhan debería recibir el premio Nobel de Medicina gracias a la investigación sobre el nuevo coronavirus, más que ser culpado».
Por otro lado, Zhengli y el laboratorio de Wuhan, donde trabaja, fueron acusados en 2020 por funcionarios de la administración Trump de estar involucrados en experimentar con el patógeno COVID-19 y liberarlo accidentalmente.
En ese momento, los profesionales médicos y la OMS descartaron en gran medida las acusaciones como teorías de conspiración. Aun así, enviaron una misión a Wuhan y allí concluyeron que era muy poco probable que el virus fuera creado por el hombre.
Aquello no detuvo las múltiples publicaciones en internet que continuaron afirmando la existencia de «pruebas» de que el Sars-CoV-2 fue creado e incluso patentado. También circuló la idea de que el virus contiene fragmentos de otros patógenos.
Las acusaciones resucitaron bajo la administración de Joe Biden, tras un informe que evidenciaba que tres empleados del Instituto de Virología de Wuhan sufrieron síntomas similares a la infección por coronavirus antes del descubrimiento de la enfermedad.
Biden ordenó entonces a las agencias de inteligencia estadounidenses que entregaran un informe completo sobre si el virus podría haberse originado en el laboratorio de Wuhan. Pekín negó todas y cada una de las versiones existentes sobre el virus.
A día de hoy, no existen pruebas que demuestren estas conjeturas. Sin embargo, «mientras no se encuentre el huésped intermediario, esta hipótesis (…) no se puede descartar», estimó a finales de 2020 el virólogo Etienne Decroly del CNRS.
«No hay un elemento factual nuevo que haga decantar la balanza en una dirección o en otra», insiste Olivier Schwartz, profesor del Instituto Pasteur, aunque insiste de todas maneras en que la transmisión «natural» es la «más plausible».
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