Tras las sanciones impuestas a Rusia, el presidente ruso contratacó con una ley para evitar la devolución y confiscar esas 515 aeronaves prestadas por otros países.
Como parte de las sanciones impuestas por Occidente tras la invasión rusa a Ucrania, diversas compañías occidentales solicitaron a Moscú la devolución de sus aeronaves. Para no quedarse sin flota, este martes 15 de marzo el presidente Vladimir Putin firmó una ley que permite registrar los aviones extranjeros en Rusia, con el propósito de «garantizar la circulación ininterrumpida de los vuelos».
Los jets arrendados representan alrededor del 75% de los aviones utilizados por las aerolíneas rusas. Por este motivo, Putin decidió apropiarse de los 515 aviones comerciales que habían sido prestados por Occidente.
Casi todos los aviones arrendados en el extranjero que operan en Rusia fueron registrados en Bermuda e Irlanda, que recientemente anticiparon que suspenderían los certificados de aeronavegabilidad de esas aeronaves.
La ley permitiría llevar a cabo el registro y la certificación de seguridad dentro del territorio ruso. Esta medida permitiría a Putin continuar utilizando los aviones extranjeros en rutas nacionales o hacia sus países aliados, sin perder hegemonía en el espacio aéreo.
Los aviones arrendados son el 75% de los utilizados por las aerolíneas rusas
El gobierno ruso justificó la aplicación de estas «medidas especiales» como parte de su respuesta ante las sanciones impuestas por Occidente.
Por otro lado, esta semana Putin dio a conocer una lista de 13 altos funcionarios estadounidenses que tienen la entrada prohibida a Rusia.
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