No se registraron muertes, pero hubo al menos 15 heridos. La aeronave giró 180 grados y perdió las alas al impactar en el aterrizaje en el aeropuerto internacional Pearson.
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Un avión de la aerolínea Delta protagonizó un impactante accidente cuando se estrelló en el aeropuerto internacional Pearson, en Toronto, Canadá, mientras intentaba aterrizar en una pista cubierta de nieve. La aeronave había partido desde Mineápolis, la capital de Minnesota, en Estados Unidos, con destino a Toronto. Si bien no se registraron muertes, al menos 15 personas resultaron heridas, de las cuales una se encuentra en estado grave, según informó la Policía local.
El incidente ocurrió cuando el avión, un Bombardier con capacidad para 95 pasajeros, perdió el control durante el aterrizaje y terminó volcando en la pista. Parte de su fuselaje se desprendió debido al impacto. Las autoridades del aeropuerto Pearson aseguraron que estaban «al tanto del incidente» y que los equipos de emergencia respondieron de inmediato.
A los 30 minutos del accidente, la Policía canadiense confirmó que la mayoría de los ocupantes del avión habían sido evacuados de manera segura. Sin embargo, uno de los heridos se encuentra en estado grave. El avión había partido desde Estados Unidos y, debido al accidente, quedó parcialmente destruido en la pista, boca abajo, sin alas y con humo saliendo del fuselaje.
En redes sociales circularon fotografías que mostraban a pasajeros y personal del aeropuerto caminando alrededor del avión siniestrado. En las imágenes se podía ver la aeronave volcada, lo que confirmaba la gravedad del incidente. El avión está registrado a nombre de Delta Airlines desde enero de 2010, según FlightAware, una plataforma de seguimiento de vuelos en línea.
El avión había estado operando regularmente para Delta Airlines y había aterrizado en Toronto proveniente de Estados Unidos. Esta aeronave está registrada con una matrícula específica que la identifica en los sistemas de rastreo de vuelos, lo que permitió confirmar su modelo y su historial operativo.
El clima dificultó las tareas de aterrizaje
Toronto había estado enfrentando condiciones meteorológicas extremas desde el jueves 13, con fuertes nevadas que provocaron la cancelación de numerosos vuelos y retrasos en el aeropuerto Pearson. Sin embargo, el lunes las condiciones mejoraron, aunque las temperaturas seguían siendo muy bajas, lo que podría haber influido en la pérdida de control durante el aterrizaje.
Antes del accidente, las autoridades del aeropuerto Pearson habían anticipado que sería un día de gran actividad. Con más de 130.000 viajeros y alrededor de 1.000 vuelos programados, las aerolíneas estaban intentando normalizar la operación después de la tormenta que dejó más de 22 centímetros de nieve en el aeropuerto. La situación se complicó aún más con el accidente, lo que añadió estrés a la ya ocupada terminal aérea.
Por su parte, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, se mostró «aliviado de que no haya víctimas tras el incidente en Toronto Pearson». En esta línea, sostuvo que las autoridades aeroportuarias y locales estaban prestando ayuda. Los fuertes vientos y las temperaturas gélidas podrían seguir sintiéndose en Toronto el lunes, según explicaron las autoridades ocales. Por este motivo, la Junta de Seguridad del Transporte de Canadá (TSB) anunció que enviará un equipo de investigadores tras el accidente.
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