Los casos de personas que recibieron acreditaciones de mucho dinero en sus cuentas se multiplican. Detrás, una trama que mezcla robo de datos y estafas.
En los últimos días las alertas de seguridad bancarios aumentaron a partir de decenas de casos de clientes a quienes se les depositó dinero en sus cuentas de forma «misteriosa». Pero detrás hay una ingeniería ilícita que llevan adelante bandas criminales. Lo que sucede es que usurpan la identidad de las personas, con todos sus datos, solicitan un préstamo y ese monto es depositado, para luego comunicarse con la persona y, mediante un cuento del tío, pedirle que reenvíe esa plata a otra cuenta. Por supuesto, los damnificados no sospechan nada, realizan la transacción y posteriormente toman conocimiento de la deuda -y las estafas- que tienen por un crédito que jamás solicitaron.
En una Encuesta Mensual de Inseguridad desarrollada por la ONG Defendamos Buenos Aires con la colaboración del Estudio Miglino y Abogados, quedó acreditado que, durante la pandemia de coronavirus, uno de los delitos que más creció es de las estafas a través de internet, WhatsApp y telefónicas; en particular las estafas de tipo bancario. Entre el 10 de junio de 2020 y el 10 de junio de 2021 hubo 1.100 estafas en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires con una multimillonaria pérdida aproximada para los afectados del orden de los 11 millones de pesos, a un promedio de 100 mil pesos por cada estafa.
«Eugenia M. es una estudiante de Derecho de la Universidad de Buenos Aires oriunda de la localidad de Caleta Olivia en la provincia de Santa Cruz, que vive en Barrio Norte. Hace unos días se comunicaron a su teléfono celular de parte de un importante banco privado. Le manifestaron que habían depositado en su cuenta, por error, la suma de 100.000 pesos. en concepto de crédito personal, que en realidad le correspondía a otra persona, también estudiante universitaria y de nombre Eugenia M. pero con un segundo apellido y en el apuro el banco cometió el yerro. Por ese motivo y para evitarle mayores disgustos, le pedían a Eugenia que transfiera el monto de 100.000 pesos a una cuenta especial del banco que se encargaría de que el monto llegue a su respectiva dueña. ¿Cuál fue el problema? Que el crédito había sido solicitado y aprobado por el banco a favor de Eugenia y luego ésta lo transfirió a una cuenta de Quilmes, Provincia de Buenos Aires, donde el dinero se esfumó. Ahora Eugenia tiene que llevar adelante una causa penal por estafa y empezar a sufragar el préstamo», aseveró Miglino.
La dificultad de dar con los estafadores. «Estas sofisticadas bandas de estafadores son difíciles de ubicar porque las maniobras son cometidas por varias personas que utilizan chips telefónicos de bolseros o de líneas prepagas o de teléfonos robados que aún funcionan y de ese modo la titularidad es complicada de comprobar, porque los ladrones y estafadores descartan los móviles luego de haber conseguido un botín», expresó Miglino.
«Los estafadores están día y noche pergeñando estafas. Por ese motivo reaparecieron los denominados call centers colombianos y venezolanos con delincuentes de esa nacionalidad que se presentan como trabajadores bancarios o ejecutivos de empresas multinacionales que, con una infinita paciencia criminal, logran sacarle la información que necesitan para estafar a sus víctimas. Con los datos en la mano, la información pasa a un nuevo eslabón de la banda que vacía las cuentas y luego las transfiere a una nueva cuenta que también es vaciada, de modo que el dinero perdido rara vez se recupera», dijo Miglino.
Barrios más golpeados. «La Ciudad Autónoma de Buenos Aires lleva 600 casos de estafas bancarias en esta cuarentena y los barrios donde más personas han sido timados son Belgrano, Núñez, Recoleta y Palermo. En Provincia de Buenos Aires, hubo otros 500 casos, las zonas más golpeadas son San Justo, Ramos Mejía, González Catán, San Isidro y Quilmes», concluyó Miglino.
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