25 noviembre, 2024

Preparation for blood test by female doctor medical uniform on the table in white bright room. Nurse pierces the patient's arm vein with needle blank tube.

Análisis clínicos: podrían dejar de atender a obras sociales y prepagas

Así lo advirtió la Confederación Unificada Bioquímica de la República Argentina (CUBRA). La medida -a causa de la inflación- podría efectivizarse en 20 días.

Los laboratorios de análisis clínicos advirtieron este lunes que dejarán de atender a pacientes de obras sociales y prepagas «si no se corrigen los desajustes causados por la inflación y los retrasos de los pagos». Así lo indicó la Confederación Unificada Bioquímica de la República Argentina (CUBRA).

A través de un comunicado, la entidad adelantó que la medida podría efectivizarse dentro de 20 días. «La devaluación del peso, los aumentos indiscriminados de los insumos médicos que llegan valor dólar (entre el 22 y 30%, sólo en los últimos 15 días), la desactualización del valor de la Unidad Bioquímica y la demora excesiva en el pago por parte de las obras sociales y prepagas (entre 60 y 90 días de realizada la prestación) ponen a la actividad en una situación de enorme inestabilidad y precariedad», argumentó.

La presidenta de CUBRA, María Cecilia López, señaló que los insumos del sector aumentaron entre el 50% y 400%. «Los que más impacto han tenido son las jeringas, agujas y descartables que se necesitan día a día para continuar atendiendo a los pacientes», explicó.

Según López, «la mayor parte» de los laboratorios químicos sufren «grandes riesgos de continuar con su trabajo, dado que en breve no podrán hacer frente a sus obligaciones, como los aumentos de salarios, bonos, aguinaldos, si desde el Gobierno no colaboran en acordar un aumento en las Unidades Bioquímicas».

En ese contexto, López expresó sus quejas frente a la carga impositiva y reclamó al Ejecutivo que «tome las medidas necesarias que encarrilen esta situación desesperante en la que se está poniendo a los pacientes».

La advertencia de SUPRA se conoció dos semanas después de que el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, anunciara un acuerdo de precios con las empresas de medicina prepaga. La medida implicó un congelamiento de la cuota por 90 días con vigencia desde septiembre para los grupos familiares con ingresos brutos mensuales menores a dos millones de pesos y que declaren no tener la capacidad económica para hacer frente a la cuota del esquema de ajuste actual.

El propósito del acuerdo, dijo Massa, fue que el «esfuerzo que hacen trabajadores y Estado venga también acompañado por una atención de salud que no castigue las cuentas del trabajador».

Por su parte, Claudio Belocopitt, presidente de la Unión Argentina de Salud, la entidad que nuclea a las asociaciones vinculadas al sector de la salud privada del país, reconoció en aquel momento: «La situación es híper compleja, tuvimos que llegar al mejor acuerdo posible». Y luego agregó: «Nuestro sistema ajustó sólo 10% en 2020 con una inflación del 36%. Todo eso nunca se recuperó. Tenemos una crisis de financiamiento y de insumos como consecuencia de las restricciones de los últimos tiempos».

A eso se suman otros inconvenientes, como la desaparición de sanatorios, el éxodo de profesionales a otros países, el retraso salarial y las situaciones de violencia que padecen los trabajadores de la salud, según alertó la Confederación Médica de la República Argentina (COMRA). La baja de médicos en las cartillas de obras sociales y privadas, indicó la entidad, alcanza el 10% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

“Los honorarios que nos pagan son escasos y, para colmo, se abonan tarde. Puede ser a 60, 90 o, incluso, 120 días. Y todo esto, en medio de la inflación”, aseguró Jorge Iapichino, secretario de Hacienda de COMRA, al ser consultado semanas atrás por Popular. Y resumió: «Hubo una pandemia con un sistema de salud poco robusto. Y nosotros pensábamos que de ahí salíamos más robustecidos, más fuertes. Imaginábamos que iba a haber un reconocimiento, pero el sistema sanitario está peor que antes. Cada vez va a haber más conflictos”.