Cada año en esta fecha se recuerda el enorme gesto del perito Moreno que dio origen al Nahuel Huapi, el primer Parque Nacional de la Argentina, y la importancia del aporte de Carlos Thays y Exequiel Bustillo.
Argentina tiene en la actualidad 38 Parques Nacionales, de los cuales 36 son terrestres y 2 marinos.
Pero el origen de esta data de principio de siglo, y tuvo como a Francisco Pascasio Moreno, conocido pionero y responsable de ello.
El perito donó al Estado unas 7.500 hectáreas en el extremo oeste del fiordo principal del lago Nahuel Huapi, con la condición de que se preservaran intactas como un parque natural ya que esa zona “contiene -aseguraba el perito- la reunión más interesante de bellezas naturales que he observado en Patagonia”.
Eso ocurrió el 6 de noviembre de 1903, y desde 1948, en esa fecha se celebra el Día de los Parques Nacionales.
Al aceptar el Gobierno ese legado, el 1° de febrero de 1904, la Argentina se convirtió en el tercer país de América y el quinto del mundo con parques nacionales, junto a Estados Unidos, Australia, Canadá y Nueva Zelandia.
Se colocó, entonces, la piedra fundamental del Parque Nacional del Sud -más tarde, Nahuel Huapi- al que 25 años después -durante la presidencia de Hipólito Irigoyen- le seguiría la compra de 75.000 hectáreas alrededor de las Cataratas del Iguazú, para la formación del segundo parque nacional.
Francisco Pascasio Moreno aún hoy tiene la estatura de un prócer, un hombre magnánimo que nació en 1852 en el seno de una familia porteña de alcurnia y que murió prácticamente en la pobreza.
Moreno, quien luego sería científico, naturalista, conservacionista, político, botánico, explorador, geógrafo y fundador del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, apenas tenía veinte años cuando emprendió su viaje inaugural a la Patagonia.
Tres años después, en enero de 1876, fue el primer hombre llegado desde Buenos Aires en apreciar la belleza del lago Nahuel Huapi.
Durante décadas se consagró a la investigación de la cordillera patagónica y sus conocimientos de la zona lo llevaron a ser uno de los peritos que trabajó durante 22 años en la delimitación de la frontera entre Chile y la Argentina.
En 1903, y como “recompensa extraordinaria” por su tarea al servicio del país, el Congreso de la Nación le asignó la propiedad de “25 leguas de campos fiscales, en el territorio de Neuquén o al sur del Río Negro”, a su elección.
El 22 de noviembre de 1919, casi sin fortuna, Francisco Moreno murió en la ciudad de Buenos Aires y fue enterrado en el cementerio de la Recoleta junto a su esposa, María Ana Varela. Ella había fallecido en 1897, a pocos meses de cruzar la cordillera de los Andes a lomo de mula, cuando el perito trabajaba en la delimitación de la frontera argentino-chilena.
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