Ol’ Days, un café y restaurante inspirado en la sensación de estar en su casa en Corrientes. Están en Villa Urquiza y pronto abrirán en Colombia.
Las hermanas Martina y Juliana Fracchia y su mejor amiga Camila Basigalup crecieron juntas en Bella Vista, Corrientes. Después de terminar el colegio se mudaron a Buenos Aires, donde estudiaron y comenzaron su carrera profesional.
Martina estudió cine y luego trabajó en una productora de publicidad. Basigalup, se dedicó a los Recursos Humanos. Y Juliana, la «bochito» del grupo, como la llaman, estudió Administración y Sistemas en el ITBA y trabajó en Google y JP Morgan. Pero entre las tres decidieron dejarlo todo para emprender y crearon Ol’ Days, un café y restaurante inspirado en la sensación de estar en su casa en Corrientes.
Era el año 2014, y el salto lo dieron luego de pasar por un curso de emprendedurismo y por capacitaciones sobre el mundo del café, el primer paso que dieron dentro de la gastronomía.
«Nos gusta recibir a la gente, cambiarle el día a alguien. Era algo que traíamos en la sangre. Empezamos este curso sobre emprendimientos y buscando qué hacer decidimos poner una cafetería de especialidad, que en su momento no eran comunes, y veíamos que afuera les iba muy bien», recuerda hoy Martina Fracchia, en diálogo con El Cronista.
Abrieron su primer local en Puerto Madero, pero al principio el desafío fue grande. «Los primeros meses fueron muy difíciles porque éramos las tres muy jóvenes, cero gastronómicas, y tuvimos que remarla. Habíamos pensado todo un concepto con heladeras tipo take away y habíamos mandado a hacer mucho packaging bien visual, pero no era lo que la gente quería. La gente quería algo hecho en el momento y nosotras con esa misma juventud decidimos cambiar, sacamos todas las heladeras, y pusimos mozos. Y así empezó el restaurante que es hoy, dos meses después de abrir», comenta la cofundadora del proyecto que esta semana está celebrando su séptimo aniversario.
«Era difícil, la gente no venía e Instagram no era lo que es hoy. Pero a partir del tercer mes el boca a boca fue lo más poderoso para el negocio. Esa misma frescura le dio mucha cultura a nuestro equipo y nos fuimos construyendo. Empezamos sin tener nada claro y nos fuimos construyendo con el entorno y con la gente. Hoy tenemos gente en el equipo que abrieron casi con nosotras y nos vio pasar por todo, y muchos clientes también», reflexiona.
Las emprendedoras querían convertirse en «el Google de la gastronomía», y apostaron por el rubro con innovación y nuevas prácticas. Aplicaron toda su experiencia de negocios, se rodearon de consultores para nutrirse del mundo gastronómico y pusieron mucha atención a lo que el cliente pedía.
«Nosotros apuntamos al early adopter, el que prueba siempre las tendencias. Y nuestros clientes son un poco así: personas que les encanta descubrir cosas nuevas, buscan un lugar donde sentirse cómodos y sus gustos no sean juzgados. Nos gusta pensar que somos un restaurante que recibe gente diferente, pero con respeto por esas diferencias del otro. Nuestro cliente está abierto a nuevas experiencias y le gusta sorprenderse. Buscamos darle algo más allá de la comida. Es como pertenecer a un club: relacionarse con la comida, con el ambiente, con el barrio, con nosotros…buscan una extensión de su casa. Buscan una experiencia y algo que los nutra».
El año pasado, en medio de la pandemia, se aventuraron a abrir un local en Miami, cerca de la zona de Wynwood. «Miami siempre fue un destino muy tentador, con una perspectiva enorme. Otros destinos estaban muy mal por la pandemia, como Los Ángeles o Nueva York, y Miami estaba más abierto. Nos hicimos amigos de un consultor que nos ayudó a estructurar nuestra llegada, hay muchos argentinos haciendo negocios y mucha colaboración con los que llegan. Me decían que estaba loca por abrir un restaurante en plena pandemia, pero sabíamos que las oportunidades en un mercado tan importante eran ahora o nunca, Por la pandemia conseguimos buenas oportunidades, locaciones, que es lo más importante», relata la emprendedora.
En Buenos Aires tienen un segundo local en Villa Urquiza, en la zona del Do-Ho, y están trabajando en su próxima apertura que será en Bogotá, Colombia. Como desafío para 2022, sueñan con plantar bandera en Nueva York.
Fuente: El cronista
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