Mercedes sigue viviendo en la casa que compartía con su nieta y aún le cuesta asimilar lo sucedido. “Parece que hubiera sido ayer”, dijo, y reveló que recién ahora pudo volver a entrar a su habitación. “Todavía guardo sus cosas”, contó. Exige perpetua para los asesinos.
La abuela de Cecilia Strzyzowski le hizo un contundente pedido a los jueces que deberán juzgar al clan Sena, los principales sospechosos del femicidio de su nieta. “La sociedad ya los condenó, ahora le toca a la Justicia”, expresó. Este domingo se cumple un año de la desaparición seguida de muerte de la joven chaqueña y los acusados irán a juicio, aunque todavía no hay fecha.
Mercedes Valois fue una de las últimas personas en ver a Cecilia y sigue viviendo en la humilde casa que compartían en la localidad de Barranqueras, a unos 30 kilómetros de Resistencia, el lugar del crimen. En una charla íntima con TN, reveló que la extraña todos los días y que le cuesta entrar a la habitación de su nieta, donde aún conserva su ropa y sus fotos.
“Todavía no puedo superar todo el dolor que sufrí cuando me sacaron a mi nena. Ella era mi compañerita y la extraño mucho. Te juro que me cuesta mucho entrar a su pieza y ver su ropa. Recién hace unos meses pude volver a entrar porque no me animaba. Todavía guardo sus cosas y es muy difícil para mí todo esto. Todo me recuerda a ella”, contó.
La jubilada sigue custodiada y todos los días tiene gendarmes en la puerta de su casa, porque sufrió el amedrentamiento de personas cercanas a los líderes piqueteros. “Me amenazaron con quemarme la casa, a veces pasan autos sin patente por acá, miran para adentro y siguen. Desde el principio de la causa que estoy vigilada, pero no tengo miedo”, aseguró Mercedes.
Sobre el proceso penal y la investigación, la abuela de Cecilia expresó: “Estoy esperando el juicio con ansias. La sociedad ya los condenó y ahora le toca a la Justicia. Ya no tienen excusas ni salidas, las pruebas son claras y se merecen perpetua”.
Según confirmó el fiscal Jorge Cáseres a TN, el pedido de elevación a juicio, que será por jurados, deberá ser definido por la Cámara de Apelaciones, ya que los abogados defensores se opusieron al requerimiento fiscal y optaron por esa vía.
Lo mismo hicieron desde la querella, tanto de parte de la subsecretaría de Derechos Humanos y Género del gobierno de Chaco, como de parte particular, pero ante el Juzgado de Garantías y para pedir que los Sena sean imputados como coautores. Las audiencias para tratar estas cuestiones se llevarán a cabo lunes, martes y miércoles de la semana que viene.
Con más de 300 pruebas y un “entramado de poder”, los Sena irán a juicio
El femicidio de Cecilia Strzyzowski fue uno de los casos de mayor impacto en los últimos años en el país, ya que los principales acusados resultaron ser personajes con mucho poder en la provincia de Chaco: César Sena, pareja de la víctima, y sus suegros Marcela Acuña y Emerenciano Sena.
El equipo de fiscales que encabezó la investigación incluyó más de 300 elementos probatorios en el requerimiento. En el documento de 261 páginas al que accedió TN, los funcionarios explicaron que “la evidencia presentada revela un entramado de poder, influencia y cooperación que los implica directamente”.
César Sena está imputado por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género. La fiscalía pedirá que el principal acusado sea condenado a cadena perpetua. Sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, fueron acusados por el mismo delito, pero en calidad de partícipes necesarios.
Según informaron desde el Equipo Fiscal Especial de Chaco, integrado por Juan Martín Bogado, Jorge Omar Cáceres Olivera y Nelia Yael Velásquez, el cambio de calificación legal no exime al matrimonio de la misma pena que su hijo, ya que reviste la misma gravedad.
Al respecto, Gloria, la mamá de Cecilia, repudió la imputación y aseguró que “todos son asesinos por igual”. A pesar de no querer declarar ante la prensa, confió a TN que está alejada de los medios por un tema de salud. “Me retiré de todo. Mi hija y yo desaparecemos y no queremos hablar porque solo quiero olvidar. Todo esto me arruinó la vida”, expresó.
En la causa también figuran Fabiana Cecilia González, José Gustavo Obregón, Gustavo Melgarejo y Griselda Lucía Reinoso, empleados del clan Sena, imputados por el delito de encubrimiento agravado.
Violencia de género y una “relación familiar conflictiva”: el posible móvil del femicidio
La relación entre Cecilia y César estuvo marcada por la violencia en distintas formas, desde física hasta económica y psicológica. Aunque aparentaban tener una relación afectuosa, distintos testimonios confirman que el joven la aisló gradualmente de su círculo cercano.
“Cecilia era víctima de violencia de género”, concluyeron los fiscales en base al testimonio de la psicóloga que atendía a la joven de 29 años antes de su muerte. También pudieron descifrar que los padres de César, Marcela Verónica Acuña y Emerenciano Sena, nunca aceptaron la relación con su hijo.
El 2 de junio del 2023, de acuerdo a la hipótesis fiscal, Cecilia abandonó su casa con la esperanza de comenzar una nueva vida junto a César en Ushuaia, atraída por las promesas de vivienda y empleo. Sin embargo, esos boletos nunca fueron comprados, según pudieron confirmar tras chequear en distintas aerolíneas con el número de documento de la víctima. El viaje resultó ser parte del plan macabro y, esa misma noche, César perpetró el femicidio.
“Cecilia, completamente convencida, se despidió de su familia, empacó su maleta y buscó en Google información sobre dónde comer chocolates en Buenos Aires y qué obras sociales prepagas existían en Ushuaia, creyendo firmemente en ese futuro. Sin embargo, una vez dentro del hogar familiar y gracias a que sus progenitores allanaron el camino para su actuar delictivo, Cesar dio muerte a su pareja”, explicaron los fiscales entre la hipótesis de cómo sucedió el crimen.
“Luego de esto, Cesar abandonó el domicilio y se dirigió al interior de la provincia, mientras que Marcela y Emerenciano se comunicaron con sus respectivas manos derechas, Fabiana González y Gustavo Obregón, a fin de dar comienzo con la eliminación de evidencias incriminatorias”, añadieron.
El examen completo de las pruebas reveló que César Sena se encontraba “bajo un control significativo por parte de sus padres”, no solo en aspectos financieros, sino también en decisiones cruciales de su vida. “La influencia directa de sus padres sobre él está estrechamente relacionada con sus acciones, incluso en relación con su pareja”, detallaron los fiscales.
“Esto se evidencia con el testimonio de un testigo protegido, quien transmitió que Cecilia Strzyzowski expresó sentirse atrapada en medio de conflictos familiares y que deberían divorciarse por una cuestión de herencia de él, lo que ella no le perdonaba, pues consideraba que él había ‘vendido’ su matrimonio, poniendo ‘precio a su amor’”, añadieron.
Entre las pruebas también se incorporó una pericia caligráfica que determinó que la firma de Cecilia Strzyzowski en la demanda de divorcio era falsa. Los fiscales de la causa sospechan que el clan Sena la habría adulterado por motivos económicos.
Cecilia y César Sena se separaron tan solo cuatro días después de contraer matrimonio, pero ni siquiera la mamá de Cecilia lo sabía. Todo salió a la luz después de la desaparición y asesinato de la víctima. Para la Justicia, la familia de su esposo clonó su firma para romper el vínculo y evitar que se quede con su fortuna.
“La evaluación conjunta de las pruebas permite concluir que Cecilia Marlén Strzyzowski perdió la vida como resultado del accionar de su pareja, Cesar Sena, y de sus progenitores, quienes otorgaron una colaboración esencial, tal como se desprende de la valoración del plexo probatorio, de acuerdo con el criterio de la sana crítica racional”, expresaron los fiscales.
Chats, cámaras, GPS y restos quemados: las pruebas que los llevarán a juicio
Las pruebas materiales que llevarán a juicio a los acusados por el homicidio de Cecilia incluyen varios elementos cruciales. En primer lugar, el análisis de registros telefónicos desempeñó un papel fundamental en la investigación al permitir reconstruir los movimientos de los acusados antes, durante y después del crimen, estableciendo conexiones entre ellos en momentos clave.
La fiscalía pidió las coordenadas del GPS de los celulares de los imputados. En total, se registraron 16 movimientos que se hicieron entre el 2 y el 4 de junio, entre la casa de los Sena, en calle Santa María de Oro Nº1436, Resistencia, el último lugar en donde vieron con vida a Cecilia, hasta el campo donde finalmente prendieron fuego su cuerpo.
Otro aspecto relevante es la incineración de los restos de Cecilia. Gustavo Melgarejo y Griselda Lucía Reinoso, empleados de la familia Sena, se encargaron de mantener el fuego durante horas para eliminar los rastros del cuerpo y cualquier otra evidencia. Ambos están imputados por encubrimiento.
A pesar de estos esfuerzos por deshacerse del cadáver, se hallaron objetos personales de la víctima, como su dije, su billetera y ropa. También su valija, con la que había pensado irse de viaje. Si bien estaban quemados, pero fueron encontrados en lugares vinculados a los Sena. También se encontraron huesos y restos de cenizas, de los cuales no se pudo obtener la identidad, lo que podría no ser considerado como prueba clave.
“Es crucial subrayar que la ausencia del cuerpo de la víctima no impide en absoluto abonar la hipótesis de un homicidio. La investigación, el juicio y la futura condena no dependen de la recuperación del mismo, sino de la corroboración de los hechos. De lo contrario, se estaría admitiendo la impunidad de quienes perpetraron el homicidio y lograron ocultar eficazmente el cuerpo de la víctima”, aclararon los fiscales.
Por otro lado, “se recabaron pruebas que sugieren acciones de los acusados para manipular evidencia y obstruir la investigación, como desmontar y transportar muebles de la habitación donde se presume ocurrió el crimen”, manifestaron los funcionarios. Marcela Acuña decidió “donarlos” justo al día siguiente de la desaparición de Cecilia. Los peritos realizaron análisis hematográficos y encontraron rastros de sangre que le pertenecían a la víctima.
Finalmente, las lesiones no explicadas en el cuello de César inmediatamente después del crimen también apuntan a su implicación en el homicidio. Para la fiscalía, esas marcas fueron signos de defensa por parte de Cecilia al intentar zafar de las manos del imputado, quien la habría estrangulado por la espalda.
Incluso, en uno de los chats que fueron incorporados en la causa, la víctima le dijo a uno de sus amigos un hecho de violencia que vivió un mes antes del femicidio: “César me hizo una guillotina y como tiene mucha fuerza me lastimó”, le dijo Cecilia en una conversación que mantuvo en junio del 2023. Esta misma práctica habría usado el acusado para matarla en 2 de junio de ese año.
La influencia política y el poder de impunidad de los Sena
“Este crimen se llevó a cabo con la ayuda de varias personas que dependían económicamente y laboralmente de los Sena, quienes ejercían una influencia política significativa en la provincia”, describieron los fiscales al mencionar la fuerte influencia y poder que el clan ejercía en el Chaco.
Emerenciano Sena, figura destacada en movimientos “piqueteros” provinciales y con numerosos contactos políticos, ejercía un poder significativo. Además, tanto él como Marcela Acuña estaban en plena campaña al momento del hecho, ella como candidata a intendenta de Resistencia y él como primer candidato a diputado provincial por la línea interna PSU Socialistas Unidos.
“La influencia de la familia Sena se extendía a todas las instituciones públicas del barrio, incluyendo escuelas primarias y secundarias, una escuela de formación profesional y un centro de salud”, remarcaron los fiscales.
También tenían un fuerte control sobre contrataciones y adjudicaciones de obras públicas y viviendas en el barrio. Además, contaban con un departamento de prensa para los movimientos sociales que lideraban y una Fundación que recibía fondos del Estado.
“Todo esto revela no solo una influencia política considerable, sino también un poder económico sólido, demostrando un control significativo de recursos por parte de la familia Sena. Dentro de este poder, tenían una serie de empleados que trabajaban exclusivamente para ellos, entre los que se incluyen Fabiana González, su pareja Gustavo Obregón, Gustavo Melgarejo y su pareja Griselda Reinoso”, concluyó el equipo de fiscales.
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